La World Monuments Fund (WMF), una de las principales organizaciones internacionales de carácter privado destinada a la defensa del patrimonio histórico, ha puesto el foco sobre el nuevo plan del Cabanyal. En un contundente artículo, titulado «Expolio bajo otro nombre», concluye que «tras analizar los planes municipales, se puede decir de manera objetiva, que la propuesta municipal que se presenta es muy similar a la que en su día provocó la Orden Ministerial por expolio, e incumple de manera clara este artículo». «Sorprende por tanto esta decisión de mantener y no enmendar en contra de lo dispuesto por un Tribunal Supremo Español», añade la organización.

El artículo recalca que la World Monuments Fund mantiene la opinión expuesta al incluir en 2012 el barrio en la lista de patrimonio amenazado, «lamentando y denunciando la posible destrucción de un barrio popular protegido y renunciando al potencial patrimonial que su rehabilitación supondría para la ciudad de Valencia».

La WMF apunta que la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez destruye una parte importante del barrio del Cabanyal, protegido como Bien de Interés Cultural. El nuevo plan cuya exposición pública se aprobará mañana en el pleno «viene a mantener la idea de prolongación de la avenida rompiendo el tejido urbano protegido y demoliendo 182 edificaciones protegidas en el conjunto del plan», señala el artículo.

Según la organización, «la alteración de la trama y la demolición de las casas pretenden ser una adaptación del plan al tejido histórico del barrio, cuando en realidad solo muestran el objetivo de reforma interior ajeno a su protección». «De los 182 edificios protegidos que se pretende derribar, la mayor parte es para llevar adelante la prolongación de la citada avenida, y el resto supuestas rectificaciones de alineaciones de la trama histórica y operaciones de esponjamiento».

«Recordemos añade la WMF que el Cabanyal está constituido por una serie de calles estrechas paralelas al mar. Las edificaciones, muchas de ellas viviendas unifamiliares de finales del siglo XIX y principios del XX, decoradas con azulejería y motivos populares de la época, se adaptan a la antigua parcelación de las barracas y cuentan con dos y tres plantas».

La fundación internacional, se remite a la ley estatal del Patrimonio Histórico que en su artículo 21.3 dice que «la conservación de los Conjuntos Históricos declarados Bienes de Interés Cultural comporta el mantenimiento de la estructura urbana y arquitectónica, así como de las características generales de su ambiente». «Se considerarán excepcionales las sustituciones de inmuebles, aunque sean parciales, y sólo podrán realizarse en la medida en que contribuyan a la conservación general del carácter del conjunto. En todo caso, «se mantendrán las alineaciones urbanas existentes».

El artículo hace finalmente alusión al llamamiento al diálogo y la participación que reclaman a la administración local vecinos y distintos colectivos del antiguo barrio de pescadores.