Un día después de que el Ayuntamiento de Valencia anunciara un plan exhaustivo de revisión de las 21.367 palmeras de la ciudad, un nuevo ejemplar se desplomó ayer en el barrio de Cabanyal de Valencia. La planta, «de unos ocho o nueve metros de altura», según los vecinos, se vino abajo en torno a las cinco de la tarde en la calle Barraca, esquina con la travesía de la Iglesia del Rosario. Aunque no hubo que lamentar heridos, la palmera destrozó un vehículo estacionado. Los bomberos tuvieron que actuar para trocear y retirar la palmera, que se quedó atravesada en la calle.

Con la de ayer, ya son tres las palmeras que han caído en Valencia en los últimos seis días, algo que cuanto menos, comienza a ser inquietante. El vicepresidente de la Associació de Veïns i Veïnes Cabanyal-Canyamelar, Vicent Gallart, explicó a este periódico que la semana pasada vio a una brigada del ayuntamiento podar varios ejemplares de la plaza Armada Española, pero desconocía si habían llegado a actuar sobre las numerosas palmeras que hay en la calle Barraca. «El problema de estas palmeras es que, por esta época, están llenas de dátiles y si no se actúa, las calles están siempre sucias. La que se ha caído, como se puede ver en las fotos, estaba llena de dátiles», lamentó Gallart.

Así pues, el exceso de peso podría ser la causa de la caída de este nuevo ejemplar, que se suma a los derrumbes producidos el pasado jueves en la Gran Vía Germanías que hirió levemente a una mujer y al que se produjo la madrugada del pasado sábado a domingo en la Plaza del Ayuntamiento.

Sin embargo, oficialmente la causa de la caída de las palmeras anteriores en Valencia está en los golpes de calor. Todas las plantas afectadas estaban en alcorques pequeños. Los huecos donde se plantan los ejemplares se suelen quedar pequeños cuando las palmeras crecen, por lo que las raíces no se pueden expandir y no se nutren bien. Con el calor y la sequía el problema se recrudece. Las fibras que forman el estípite tallo pierden su elasticidad y acaban quebrándose, como ha ocurrido en los tres casos contabilizados por ahora en la ciudad.

Los expertos consultados por este periódico advierten de que la caída de las palmeras es totalmente imprevisible y consideran que el problema es anecdótico entre una población de más de veinte mil palmeras.

Alicante, precedente inquietante

En el verano de 2012 la ciudad de Alicante vivió un episodio de caída de palmeras similar. Aquel año hasta seis ejemplares cayeron en la ciudad, sembrando la desconfianza entre los ciudadanos, pues varias de ellas causaron graves desperfectos en vehículos y locales comerciales.

El Ayuntamiento de Valencia ha comenzado «una batida» en unas 6.000 o 7.000 palmeras de las más de 21.000 censadas en la ciudad y en estos momentos hay una brigada formada por trece operarios que comenzaron ayer a inspeccionar todos los ejemplares de la ciudad.

En principio, se revisarán las palmeras que tienen fruto como la caída en el Cabanyal «porque son las que más peligro de caída tienen por el peso» y se controlará si han perdido elasticidad o si se ha pronunciado el estrechamiento del estípite.