El alcalde de Valencia, Joan Ribó, y el nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), Aurelio Martínez, pusieron ayer el foco sobre el barrio de Natzaret en la reunión que ambos mantuvieron para «pasar revista» y hacer «inventario» de las asignaturas pendientes entre el puerto y la ciudad. Aunque la de ayer fue una primera toma de contacto, el puerto ya ha adoptado una primera medida que evidencia una nueva etapa más abierta al diálogo y con la cual espera mejorar la convivencia con los barrios del entorno, especialmente con Natzaret. Se trata de modificar el proyecto del nuevo eje viario para tráfico portuario con varias rotondas y un paso aéreo proyectado por la Autoridad Portuaria dentro de su plan de usos (DEUP) para que discurra en subterráneo minimizando así el impacto visual y las molestias acústicas. El alcalde valoró esta mejora del proyecto y recordó las quejas y alegaciones de los vecinos del barrio contra esta nueva carretera que invade la frontera verde entre el puerto y la ciudad diseñada en el convenio de 1986.

El nuevo vial del puerto se construirá precisamente sobre los terrenos que el recinto comercial ganó en 2004 con las obras de canalización y cubrimiento del tramo final del río. El compromiso del puerto ahora es que este nuevo eje viario vaya semisoterrado, a modo de paso inferior, lo cual a la larga podría hipotecar el proyecto de recuperación de la desembocadura histórica del río. El puerto, tal como avanzó ayer este diario, baraja como solución «intermedia» y «más razonable» que la desembocadura del viejo cauce acabe en la marina real Juan Carlos I, lo que le permitiría seguir manteniendo el uso portuario en los terrenos que se ganaron al viejo cauce.

Jardín del Turia hasta el mar

Respecto a esta alternativa, el alcalde manifestó ayer que «es una posibilidad, como lo es recuperar la desembocadura antigua que ahora acaba en unas canalizaciones». «El final del río se ha cambiado muchas veces en los últimos años, desde el plan Bofill hasta la actualidad», destacó. El alcalde se reafirmó ayer en la voluntad de recuperar la desembocadura histórica para que «el Jardín del Turia, que ahora acaba en unas canalizaciones, llegue al mar». Ribó destacó, no obsntante, que es un proyecto «muy complejo» y que «tenemos que hacer un estudio serio».

Parque y huertos urbanos

Además de soterrar los viales proyectados junto a Natzaret, el puerto y el ayuntamiento se han comprometido a aprobar un plan especial para ordenar la frontera puerto-ciudad, un espacio que hasta ahora ha estado ocupado por antiguas industrias como Moyresa. El puerto tenía proyectado para esta zona de interacción puerto-ciudad varios edifidios de oficinas y usos terciarios. El nuevo ayuntamiento quiere que estos terrenos se destinen a parque y huertos urbanos.

El nuevo presidente de la Autoridad Portuaria, que ayer volvió a reiterar su intención de buscar «soluciones para mejorar la convivencia con la ciudad », reconoció que el barrio de Natzaret «ha sufrido todo lo negativo del puerto». Hay que recordar que la expansión del recinto comercial supuso la destrucción de la playa de Natzaret.

Aurelio Martínez anunció en este sentido medidas compensatorias para el barrio, del que destacó sus altas tasas de desempleo. «Vamos a buscar iniciativas para mejorar la situación económica del barrio, para que los vecinos vean estar cerca del puerto también puede tener ventajas y para hacerlos además partícipes en las decisiones». «Queremos que nuestro entorno se sienta orgulloso de su puerto».