La elección de la honorable clavariesa vicentina de 2016 acabó anoche entre gritos de «esto es una vergüenza» o «es una puñalada trapera». Pero no por los méritos de la persona elegida, que los tiene de sobra, sino por la evidente división que se ha instalado entre los altares por el método de elección. Finalmente, la elegida lo es entre un grupo de mujeres presentado por algunas asociaciones vicentinas. Su nombramiento no rompe ninguna tónica especial en la fiesta y, de hecho, se podría decir que tiene un currículum vicentino mayor que varias de sus antecesoras. Pero la forma de elegirla es lo que ha creado el cisma y el enfrentamiento.

El problema surge cuando el concejal Pere Fuset reclama a los altares que le presenten nombres de posibles candidatas porque él no está dispuesto a seguir la norma vigente hasta ahora de elegir él de forma directa. Que si tenía que elegir «a dedo» fuera sobre nombres presentados por los altares. Como ya publicó en su momento Levante-EMV, los altares llegaron a un pacto para no atender esta petición, al considerar que poner nombres sobre la mesa podría ser un problema para ellos más que un privilegio ante el posible «despago» que esto podía suponer a la no elegida. Aparte de considerar que la petición de candidatas se hacía, pero sin explicarse claramente cuales serían los criterios para elegir. Pero este pacto no era unánime. Y, de hecho, al final había «más de tres candidatas».

En la tensa asamblea de ayer, un sector de altares reclamaron conocer cuales habían sugerido el nombre de las candidatas. A lo que Fuset se negó en redondo. «Si dijimos desde el primer momento que la confidencialidad sería absoluta, lo voy a llevar hasta el final». Vino a decir que no iba a dar pistas ante una posible caza de traidores, además de afear que se hubiesen producido presiones a asociaciones que tuvieran dudas.

Propone que elijan los altares

Y reproducirse las quejas por el método de elección le hizo recordar que «en la anterior asamblea no se planteó ninguna otra forma de elegir. Y lo que no podemos es dar carta de naturaleza a algo que se hace en una reunión fuera de los cauces reglamentarios. Esta elección está perfectamente avalada por la legalidad».

Más aún, les emplazó a que «el año que viene estaré encantado de que haya otro método de elección, incluyendo que sean los propios altares los que la elijan».

Así las cosas, el ambiente estaba muy caldeado porque saltaba a la vista que el método de elección tenía una mayoría de críticos.

Baila con Lo Rat Penat

Y cuando se dijo el nombre, la polémica rebrotó: la elegida tiene un currículum más que aceptable. Aunque nació en Mérida hace 50 años, vive en Valencia desde los 12 años. Ha sido clavariesa de Santa Cecilia y del Sagrado Corazón. Asiste a clases de danza tradicional en Lo Rat Penat y de indumentaria en el Gremio de Sastres y Modistas. Es fallera de Norte-Doctor Zamenhoff, del que su hija ha sido fallera mayor y gusta de acudir a encuentros de bolilleras.

Su vinculación vicentina quedaba avalada, entre otras cosas, por pertenecer a la Asociación de Damas de San Vicente Ferrer y por haber sido clavariesa del Altar del Carmen el año pasado.

Y eso encendió al representante del altar del Carmen, José Miguel López, (vicepresidente primero de la junta central) quien quiso dejar bien claro que «el altar del Carmen no ha la presentado», es decir, que no había roto el pacto, y que lo consideraba «una puñalada trapera». O sea, el hecho de que otro altar presentar a una componente de su asociación. Aunque en las reglas no aparecía en ningún sitio que no fuera lícito. Era, de hecho, presentación libre de candidatas. Hubo gritos de «esto es una vergüenza», siendo el presidente del Tossal, Javier Doménech, el más crítico con el método. El secretario general se marchaba indignado, otros mostraban su desacuerdo con la forma de forma menos exaltada, mutis por el foro y otros que lo daban por bueno.

María conoció su nombramiento a lo fallera mayor de Valencia, con llamada telefónica incluida por parte de Pere Fuset. El concejal daba por buenas las discusiones vividas «porque le hemos dado un cauce democrático, dentro de lo que cabe, a la elección». Y dejó en el aire la duda de si la discrepancia era porque algún sector crítico quería favorecer a otra candidata, pero sin concurso.

Falta por decidir la fecha y el lugar de su proclamación. Se mantiene la opción de realizarlo en capitanía, como hasta ahora, pero también podría ser en la Basílica de San Vicente (la iglesia de los Dominicos de la calle Cirilo Amorós), pues los padres de esta orden han mostrado su predisposición a albergarlo.