La subida del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a los locales comerciales con un valor catastral superior a los 250.000 euros ha desatado la indignación de los comerciantes, las grandes superficies y otros colectivos como los concesionarios de automóviles, que han visto cómo sus recibos suben alrededor del 40% sin tan siquiera un aviso previo. Esto ha provocado la presentación de recursos por parte de organizaciones tan relevantes como el Corte Inglés y la movilización de la Confederación de Empresarios del Comercio Valenciano (Cecoval), que ha iniciado una ronda de conversaciones con los grupos políticos para tratar de revertir la situación ahora que la posibilidad de alegaciones ya está cerrada.

En principio, el Ayuntamiento de Valencia hizo una congelación del IBI para el grueso de las personas y lo incrementó a los grandes establecimientos comerciales, más de 5.000 en toda la ciudad. Eso ocurrió a finales del año pasado en el marco de los presupuestos municipales de 2016, pero los recibos se han empezado a cobrar en abril y ha sido ahora cuando los afectados se han percatado de la subida.

Si a los propietarios de viviendas se les incrementó obligatoriamente el 10% el valor catastral y se les bajó en la misma medida el tipo impositivo para compensar esa subida, en el caso de los comercios con más de 250.000 euros de valor catastral, se ha subido efectivamente el 10% ese valor y además se ha elevado el tipo al máximo posible, 1,10, lo que ha supuesto, en términos globales, una subida del 40% en los recibos.

Ante esa situación, la patronal del comercio en la Comunitat Valenciana, Cecoval, solicitó ayer una reunión urgente con el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, conjuntamente con el de Comercio, para tratar la cuestión del IBI, tema que suscita especial inquietud entre los comercios asociados tanto de organizaciones territoriales (Centro Histórico, Benimaclet, Benicalap, Orriols, Ruzafa) como de carácter sectorial (textil, mueble, metal, panadería, farmacia, gimnasios, galerías de arte, etc). También ha iniciado una ronda de contactos con los representes de los grupos políticos en el ayuntamiento, habiendo celebrado ayer la primera de ellas con el grupo Ciudadanos.

La confederación, que representa al 95% del comercio de la ciudad, no entiende esta decisión municipal, ya que «provoca un grave perjuicio en un sector, que es uno de los principales motores de la economía, generador de empleo estable y de calidad y dinamizador de los entornos urbanos». La patronal cree que subir la presión fiscal a las pequeñas y medianas empresas es muy negativo, dado que «supone un agravio en el ejercicio de su actividad», por lo que insta a la concejalía a velar por el diálogo.

En momentos de crisis

Su presidenta, Isabel Cosme, aseguró que esta subida del IBi afecta también a pequeños comerciantes que por sus características requieren de mayor superficie comercial, como las tiendas de muebles, que por efecto de la crisis ya habían tenido un descenso de ventas del 70%.

Es más, teme que esta subida de impuestos sea el inicio de un incremento de la presión fiscal que considera «recaudatorio».

Por su parte, el Corte Inglés ha iniciado los trámites ante el Jurado Tributario del ayuntamiento y está dispuesto, en caso de agotar la vía administrativa, a llegar a los tribunales, pues su equipo jurídico entiende que hay «resquicios» legales a los que pueden acogerse para evitar una subida de impuestos que «no está justificada».