Cuatro asociaciones de vecinos del centro de Valencia (Velluters, el Carmen, la Boatella y la Coordinadora de Ciutat Vella) han mostrado su oposición a que «se dilapiden 12 millones de euros por el aparcamiento de la Plaza Ciudad de Brujas», pues se trataría de «un servicio inexistente en una obra inacabada, imposible de utilizar, con muy serias dudas de su funcionamiento futuro, sin informes de seguridad ni de estabilidad, sin ni siquiera rampa de entrada, sin licencia, ni proyecto, ni autorización ambiental, además de innecesario».

Los vecinos se han pronunciado en estos términos ante el anunció del Ayuntamiento de Valencia y del Consell de la Generalitat Valenciana de que hoy mismo aprobarán un convenio por el que el consistorio afronta la deuda de 11 millones de aparcamiento y se hace cargo del mismo, es decir, saca a concurso el servicio y la empresa que se lo quede acaba la obra.

Doble sentido en la avenida

Las asociaciones exigen que se abra una investigación sobre los 45 millones (7.800 millones de pesetas) que costó la estación de metro, construida sin vías de acceso, y las 5 plantas de aparcamiento sin rampa de entrada. «La primera inversión significativa del ayuntamiento en Ciutat Vella es para tirar el dinero de los contribuyentes, aumentar la deuda pública y ocultar el derroche y el posible cobro de comisiones del anterior gobierno», aseguran.

Por otro lado, los vecinos anunciaron que llevan recogidas 798 firmas en contra del doble sentido de la Avenida Barón de Cárcer, donde se han producido varios accidentes, a su juicio, por ese motivo. Los vecinos exigen su transformación en un paseo comercial para acabar con la contaminación acústica y atmosférica de la zona y cumplir con las exigencias de la Unesco respecto a los monumentos declarados patrimonio de la humanidad, como es el caso de la Lonja.

Las cuatro asociaciones se manifiestan de forma unánime en contra del trafico, la polución, el ruido, la suciedad y a favor de la protección y promoción del comercio en la avenida. Es más, alertan del «peligro del doble sentido, de aumentar el trafico, de la amenaza de una futura rampa de entrada con obras insostenibles y del abandono de la propia Plaza Ciudad de Brujas». A su juicio, «el plan de peatonalización significa para Barón de Cárcer todo lo contrario» a lo que ellos propugnan, con «riesgo para la vida de las personas, mas ruido y polución, y trabas para el comercio».