Los autobuses urbanos de Valencia no votan, pero sí quienes los utilizan o quisieran utilizarlos. Por ello, es susceptible que hayan influido en las votaciones de la capital las protestas de las asociaciones de vecinos y centros de mayores por anunciadas supresiones, modificaciones de líneas y transbordos, que principalmente perjudicarían a las personas de más edad o con dificultades de movilidad. Pero especialmente en aquellos barrios donde manifiestan sentirse defraudados al ver que los responsables del nuevo consistorio en lugar de corregir y mejorar los desaguisados de los anteriores gobernantes los van a empeorar. En lo queda de año entrará en servicio en Porta de la Mar el primero de los seis intercambiadores que ha previsto la EMT. Será el Conejillo de Indias para comprobar en la realidad como funciona lo que proyecta modificar el concejal de Movilidad Giuseppe Grezzi.

El consistorio del cap i casal propone costosas modificaciones en la avenida del Cid y en céntricas plazas, y en su primer año no ha hecho nada para lucirse solucionando o estar en el camino de ello sobre algunos casos graves de desatención municipal desde muchos años atrás en una ciudad turística: la adecuación de los edificios cochambrosos junto a la Lonja, la antigua casa del relojero en la calle Micalet, sin valor arquitectónico, y donde con lógica comerciantes, vecinos y prestigiosos arquitectos manifestaron que lo mejor sería derribarlo y adecuar una placita, y el urgente traslado de la estación de servicio que hay junto al ficus del Parterre, donde cada vez está más abultada la acera y existe el peligro de un escape de carburante cuya contaminación podría dañar irreversiblemente al monumental árbol.