El Museo del Mar de Valencia tendrá tres sedes: las Atarazanas del Grao, la Casa dels Bous del Cabanyal y el antiguo varadero de la marina Real Juan Carlos I y se desarrollará en dos fases, aún sin fecha concreta. El museo se gestionará a través de una fundación en la que se buscará la implicación de las empresas privadas y en la que, de momento, no está asegurada la presencia del consistorio debido a las restricciones presupuestarias del Miniterio de Hacienda. El ayuntamiento «tiene problemas para poder entrar en esa figura por el plan de ajuste de Montoro, en el que no deberíamos estar, porque cumplimos los requisitos para estar fuera», declaró ayer Joan Ribó tras la reunión que mantuvo con el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Aurelio Martínez, y el secretario Autonómico de Vivienda, Josep Vicent Boira y la vicepresidenta de la Diputación, María Josep Amigó, con el objetivo de dar impulso a este proyecto cultural. El alcalde explicó que se están buscando fórmulas jurídicas para desbloquear la situación.

En una primera fase del proyecto se adecuarían la Casa dels Bous, un edificio cuya titularidad intenta recuperar el ayuntamiento tras cadudar la concesión que tenía la antigua cofradía de la Marina Auxiliante, y el antiguo varadero, un edificio histórico del puerto cuya licitación como local de restauración deberá anular ahora el Consorcio Valencia 2007. El varadero «es una pieza fundamental para el proyecto del Museo de la Mar y desde luego le damos preferencia a un uso que pensamos que es más importante que cualquier otro», afirmó Ribó.