La Casa de la Sirena, un edificio que se alza desde el siglo XVI como un baluarte de la huerta de Valencia, es uno de los edificios protegidos incluidos en el catálogo de bienes patrimoniales del Plan de Acción de l'Horta, que en la nueva versión del gobierno bipartito (PSPV y Compromís) abre la mano a nuevos usos terciarios, como hoteles rurales y restaurantes, para hacer viable y rentable la recuperación del ingente patrimonio histórico de l'Horta. El propio plan de la huerta reconoce que más del 70% del patrimonio rural (alquerías, molinos, barracas y acequias) está en estado ruinoso. Pese a que el PAT quiere rebajar las exigencias que hasta ahora han impedido dar nuevos usos al patrimonio de la huerta, «sigue habiendo limitaciones», expone el empresario Santiago Máñez, quien explica que el PAT permite el uso hotelero y de restauración pero con limitaciones de aforo.

El empresario ha presentado alegaciones al PAT, que ahora esta en exposición al público, para que se haga una excepción en la Casa de la Sirena pero también en otro tipo de edificios palaciegos que no están en mitad de la huerta sino próximos a zonas urbanas. Santiago Máñez explica que el plan de la huerta solo permitiría un aforo de 40 personas en el palacete de la Sirena, algo que si no varía haría inviable su proyecto.