Josep Lluís Marín y Felicidad Hernández quedan dos veces por semana en su lugar de trabajo, el Ayuntamiento de Valencia, para charlar. Mucho, y en valenciano. Son dos sesiones de treinta minutos cada una en la que el profesor, Marín, y la alumna, Feli, llevan a cabo el programa de aprendizaje del valenciano impulsado por el equipo de gobierno municipal, en una iniciativa de voluntariado de Escola Valenciana. Ambos son funcionarios. Uno en la concejalía de Cultura Festiva, y otra en Alcaldía, aunque hasta hace poco esta última desempeñaba las funciones de maestro conservador del edificio consistorial. Un puesto de trabajo con mucho componente de atención al público y en el que Feli quería responder en valenciano. «Es mi obligación, pero tenía miedo a equivocarme», recuerda. Nacida en Ciudad Real, aunque vive en Valencia «toda la vida», Feli está «encantada» con la iniciativa.

Josep Lluis solo tiene palabras de elogio hacia su particular pupila. «Estàs molt solta», le lanza con cariño a Feli, consciente de lo que supone para muchos compañeros esforzarse para mejorar el vocabulario, intentar la apertura vocálica y perder los reparos para responder en valenciano. «Yo, me siento respetada», le espeta con una enorme complicidad. Marín le corrige expresiones incorrectas y le da ese punto de seguridad que Feli necesita. «Hay que perder el miedo a equivocarse al hablar, de lo contrario no se aprende. Lo que importa es hablar», apunta convencido.

La actividad forma parte del Plan de Formación Continua del consistorio, como recuerda Sergi Campillo, concejal de Govern Interior. «Consideramos fundamental la formación como paso previo a un mejor servicio a la ciudadanía, que tiene el derecho a ser atendida en nuestras dos lenguas», apunta. Los trabajadores y las trabajadoras valencianohablantes, con certificación de los grados Mitjà o Superior de la Junta Qualificadora de Coneixements de Valencià o equivalentes, son los profesores de esta programa que se inició el pasado 10 de octubre y acabará el 19 de diciembre.

Esta acción formativa la organizan el Servici de Formació, Avaluació i Carrera y el Gabinet de Normalització Lingüística en colaboración con Escola Valenciana. Entre el material didáctico hay unos cuadernos que se reparten tanto a los voluntarios como a los aprendices. «Queremos remarcar el compromiso del Govern de la Nau para garantizar la igualdad lingüística de la ciudadanía. El vecino o la vecina tienen derecho a ser atendidos en su lengua, sea valenciano o castellano, y para ello es necesario que el funcionariado conozca las dos lenguas oficiales», incide Campillo.