El Ayuntamiento de València ha puesto en marcha un proceso de consulta pública, que se prolongará durante un mes, para recoger sugerencias u observaciones de la ciudadanía de cara a la futura «revisión profunda» de la actual ordenanza de circulación. Tanto va a cambiar que dejará de llamarse «de circulación» para denominarse «de movilidad», una manera de adaptarse a los nuevos tiempos tras más de siete años vigente (desde junio de 2010).

La «revisión profunda» es necesaria y conveniente tras los últimos cambios en materia de movilidad que está sufriendo la ciudad. La futura norma debe consolidar el paradigma de los desplazamientos basados en la sostenibilidad, es decir, favorecer en primer lugar los movimientos peatonales, consolidar la expansión de la bicicleta, potenciar el transporte público y, por último, calmar el tráfico de vehículos privados.

Para favorecer los desplazamientos peatonales, el ayuntamiento deberá reafirmar la preferencia de los viandantes en cada uno de sus movimientos por la ciudad, y eso pasa por generar nuevos espacios libres de tráfico o despejar de obstáculos la vía pública. La nueva ordenanza ha de ser también el marco legal para lograr que en la ciudad se circule de manera más amable e implicará la probable expansión del límite 30 km/h en aquellas vías de un solo sentido y un solo carril -algo que ya viene apuntando la Dirección General de Tráfico y multitud de colectivos-, pero también los centros históricos, tanto del «cap i casal», como en los barrios.

València vive además una auténtica eclosión del uso de la bici, por eso es un momento inmejorable para reforzar la normativa sobre los ciclos y dar respuesta a algunas peticiones concretas, como que los ciclistas puedan usar la calzada aunque exista un carril bici, una de las demandas de las nuevas empresas de mensajeros.

Ligado a las bicis, futura ordenanza de movilidad deberá dar respuesta a los colectivos que usan patines o monopatines, y que ahora solo pueden usarlos en teoría en zonas expresamente autorizadas, por ejemplo en los parques de «skaters». También deberá encajar la proliferación de nuevos vehículos eléctricos como «segways» o patientes, que prácticamente están en una especie de limbo legal.

Otra de las cuestiones en el punto de mira de la nueva ordenanza podría ser la reforma de la ORA, sobre todo la zona naranja, que podría adaptarse a los usos y excepcionase que ya funcionan en otras ciudades para que sea una verdadera zona de estacionamiento residencial.

Uso del carril bus

Hablando de estacionamientos, València deberá definir en el futuro cómo y dónde quiere que aparquen las motos, ya que la tendencia es bajar estos vehículos de las aceras para mejorar la movilidad peatonal, pero para ello debe haber una norma clara. Por cierto, una de las peticiones del colectivo Plataforma Motera por la Seguridad Vial es que se acabe con la permisividad de que las motos puedan circular por el carril bus. Se abre de nuevo el debate.

Precisamente el carril bus/taxi será otro de los protagonistas de la nueva ordenanza. Con el reciente «blindaje» de esta vía reservada al transporte público, en la que prácticamente ya no se puede aparcar en toda la ciudad, es conveniente que la ordenanza defina si debe haber alguna excepción o, en su defecto, extender la prohibición a todos los tramos. En otras cuestiones, la ordenanza de movilidad también podría revisar la proporcionalidad de las sanciones actuales, para imponer multas ponderadas según el daño o perjuicio que se provoca. Existen demasiados ejemplos en los que muchas veces la sanción parece excesiva o ridícula en comparación a la infracción cometida.

Para que la nueva ordenanza recoja los objetivos planteados, en esta primera fase de consulta pública se insta a la recogida de opiniones ciudadanas y de colectivos acerca de aquellos aspectos que debería solucionar; si se considera que en estos momentos resulta necesaria y oportuna la aprobación de dicha ordenanza; qué objetivos debería perseguir, y, si se desea, plantear otras soluciones de carácter normativo o no normativo.

Las observaciones que al respecto se deseen formular deben dirigirse al Servicio de Movilidad Sostenible indicando, de forma expresa, que se refieren a la «Consulta previa sobre la Ordenanza Reguladora de la Movilidad». Se podrán presentar tanto por registro de entrada como mediante correo electrónico dirigido a consultacirculacio@valencia.es, sin olvidar, en este último caso, el nombre y apellidos o la razón social, así como el número de DNI, NIF u otro documento identificativo.

Una vez superada esta fase se abrirá una segunda articulada alrededor de la Mesa de Movilidad y las entidades que en ella participan, el personal técnico designado por las concejalías de Protección Ciudadana, Movilidad Sostenible y cualquier otra que lo desee, en la que se debatirán las aportaciones.

A partir de este trabajo se redactará un primer texto por parte de los técnicos de Movilidad Sostenible, que requerirá informe de todos los servicios que estén afectados por la ordenanza; y finalmente, con el texto definitivamente propuesto, comenzará el proceso que indica el Reglamento Orgánico del Pleno, en su título VI, y que incluye un paso de información pública (durante el cual se facilitará una nueva presentación de reclamaciones o sugerencias para su posible incorporación), antes de su aprobación última. La reforma de la ordenanza de circulación es una de las viejas aspiraciones de la concejalía de Movilidad. De hecho, solo unos meses después de entrar a gobernar, Giuseppe Grezzi y el edil de Participación, Jordi Peris, impulsaron una moción conjunta el 15 de septiembre de 2015 para iniciar el proceso de cambio de la ordenanza.