La parcela de Jesuitas pasará a convertirse en una gran manzana verde dentro del entorno del Jardí Botànic, aunque sin plazo previsto de ejecución. El tránsito interior será de carácter peatonal y habrá accesibilidad a todos los recintos ajardinados. Más que una ampliación, los promotores hablan de un nuevo hábitat, de ahí que la propuesta que ayer presentó la Universitat de València lo define como Nou Espai Botànic. Esta infraestructura verde urbana permitirá conectar el Jardín Botánico y el Jardín de las Hespérides con los jardines del antiguo cauce y los de la Gran Vía Fernando el Católico, aunque como explicaron ayer, el muro del Botànic está protegido y se deberá conservar, al igual que la singularidad de espacio de las Hespérides.

El Nou Espai supondrá además la puerta de entrada al Barrio del Botànic desde la actual parcela de Jesuitas. A nadie se le escapa que con los nuevos planes hechos públicos ayer por la Universitat se aparcan los huertos urbanos como medida transitoria que propuso el Ayuntamiento de València. Una idea lanzada hace meses por el alcalde Joan Ribó y no compartida por los responsables académicos. De hecho, y según explicó el vicerrector Jorge Hermosilla, ni siquiera se han planteado la opción «porque no está encima de la mesa».

La inversión para construir el Nou Espai Botànic sería en torno a los 2,2 millones de euros y está por determinar la financiación. El alcalde Joan Ribó, que se felicitó por el impulso de este anteproyecto, aseguró que la inyección de dinero debe incluir «a todos», y citó al ayuntamiento, Generalitat, Diputació e incluso a la Unión Europea. El máximo responsable de la ciudad aseguró que la idea presentada por la Universitat «gustó mucho» en el consistorio.

El Nou Espai Botànic contempla la creación de seis enclaves verdes, cada uno con su carácter propio y con especies vegetales representativas del Mediterráneo. Aunque la zona estará vallada, el acceso será gratuito y estará articulado con un eje peatonal vertebrado a partir del eje Beato Gaspar Bono. La Universitat ha estudiado proyectos como el del Jardí Botànic de Barcelona, o el de Burdeos, con tres principios básicos a los que atender: crear un espacio para la ciudadanía, plantear un espacio que atienda a experiencias múltiples y conformar un lugar acorde con un diseño contemporáneo. En ese sentido plantea una serie de muestras del paisaje vegetal de la Comunitat Valenciana, con un concepto de jardín botánico evolucionado.

Los seis «biomas» que se desarrollarán en el Nou Espai Botànic darán cabida a colecciones botánicas dedicadas a la exhibición e investigación de hábitats y especies de flora valenciana protegidas, que actualmente no tienen cabida en el Jardín Botánico, tal como explicaban desde la Universitat. Los ecosistemas, además, irían completados con espacio de agua para recrear los hábitats de lagunas temporales y permanentes.

El proyecto fue presentado ayer por el vicerrector de Participación y Proyección Territorial, Jorge Hermosilla; la directora del Jardí Botànic de la Universitat, Isabel Mateu; e Ignacio Díez, responsable de la empresa Cercle, encargada de la elaboración. Los tres atendieron las dudas que surgieron. Así, Hermosilla defendió y remarcó que este anteproyecto « una propuesta abierta que ahora hay que trabajar». «Estamos dispuestos a debatirla, mejorarla e incorporar aspectos nuevos», insistió el responsable de la Universitat ante la incertidumbre de algunos de los invitados a conocer el proyecto.

Por su parte, Ignacio Díez defendió la inclusión de viales en el proyecto para conectar peatonalmente el jardín con los distintos entornos y aseguró que sería con la aprobación del Plan Especial de Protección del Botànic cuando se definan estos aspectos y, por ejemplo, una conexión más amable y cercana con el Jardí del Túria, lo que debería incluir una necesaria pacificación del tráfico y reducción de carriles.

Mientras, la directora del Jardí Botànic actual, Isabel Mateu, aclaró que el nuevo espacio no será una ampliación del actual «porque debe seguir como está», sino un enclave nuevo que conecte con el espacio histórico respetando siempre el muro protegido.

Entre los asistentes al posterior debate se solicitó la integración de la alquería de Gaspar Bono, de propiedad municipal, aunque Hermosilla explicó que, de momento, la cuestión no se ha tratado con el ayuntamiento.