El camino de Moncada se ha convertido en una pequeña ruta del abandono y la degradación. Tres complejos industriales en desuso han sido víctimas en los últimos tiempos de acciones de pillaje, vandalismo e incluso han sido okupados de manera intermitente, lo que ha provocado la alarma entre los vecinos de Poble Nou y Borbotó, los dos Pobles de València donde se ubican estas viejas empresas.

En Poble Nou se encuentra abandonada desde hace más de una década una antigua fábrica de guano. Su principal problema es la cubierta, de fribrocemento, que amenaza con venirse abajo algún día. Casi en el límite con Borbotó, pero aún en el término de Poble Nou, se encuentran las instalaciones de un enorme complejo de almacenes hortofrutícolas que en los últimos años había funcionado como depósito de coches de la grúa de València. Sin embargo, tras cesar la actividad, la zona ha sido víctima de pillajes continuos con la perforación de un enorme butrón, además del asentamiento de personas en riesgo de exclusión social y otros actos vandálicos. Junto a las naves abandonadas existen unas alquerías que han denunciado en reiteradas ocasiones la situación y su desprotección en el caso de que sucediera cualquier incidente. Este edificio cuenta con varias estancias tapiadas.

Ya en Borbotó se encuentra el tercer foco de degradación, un antiguo matadero de aves que lleva varios años cerrado. Su deterioro ha sido exponencial en los últimos meses y también ha sido necesario tapiar algunas estancias para evitar saqueos.

Tanto la alcaldesa de Poble Nou, Enriqueta Llopis, como el alcalde de Borbotó, José Ramón Giménez, han solicitado en varias ocasiones a la Policía Local que vigile estos complejos industriales abandonados ante el temor de que sean okupados y para evitar que se puedan producir incidentes. «A nosotros nos preocupa el hecho de que se cuelen los niños del pueblo y ocurra una desgracia, por eso le pedimos a la Policía Local que esté vigilante por si ocurre cualquier cosa», explicó Giménez.