La división de los trabajadores de la EMT València quedó ayer patente en la asamblea que debía decidir si convocan varias jornadas de movilización en diciembre, ante la falta de acuerdo con la dirección para firmar el nuevo convenio colectivo.

En una agitada mañana, el Comité de Empresa realizó la decisiva consulta a mano alzada, pero a la hora del recuento se produjo una importante bronca con acusaciones de «tongo». El pequeño margen que podía decantar la balanza hacia un sentido u otro levantó todo tipo de suspicacias entre los presentes. Ante la evidente discrepancia en el cómputo de los votos, el órgano de representación de los trabajadores acordó posponer la votación, que se hará la semana que viene con urnas y control del censo.

Lo cierto es que la mañana discurrió con cierta tensión. De un lado el bloque de los sindicatos mayoritarios (UGT y CCOO), que se muestran partidarios de ir a las movilizaciones ante la falta de acuerdo con la dirección. Del otro, los sindicatos minoritarios Apttuv, TUC y CGT, que quieren agotar las vías de negociación con la compañía porque consideran que el acuerdo está muy cerca. La correlación de fuerzas es de 13 representantes en el comité para los sindicatos mayoritarios frente a los 10 del resto.

Más de 200 trabajadores se dieron cita en el Instituto Sorolla para votar en la sesión de la mañana, pero la asistencia fue más alta de lo previsto y muchos no pudieron entrar a la sala donde se inició la votación a mano alzada. Luego, en el recuento, llegó la confusión y los reproches de unos contra otros. La cuestión es que en el cómputo las diferencias eran mínimas, y ambos bloques reivindicaron que habían ganado.

Aún faltaba la votación de la tarde, pero el Comité de Empresa, ante el revuelo formado, decidió suspender la asamblea y posponerla a la semana que viene, cuando lo harán con urnas (que facilitará la propia empresa) y control del censo. La votación se realizarán en las cocheras de la EMT.

«Queremos que las votaciones se hagan cuanto antes, a poder ser lunes, martes o jueves de la semana que viene. La dirección ya ha recibido nuestra petición para organizar la jornada de votaciones», señaló Iban Alcalá, presidente del Comité de Empresa.

El Comité explica que pidió a la empresa proseguir con las negociaciones del nuevo convenio incluso con convocatoria de paros, pero la EMT exige que se cumpla lo pactado, es decir, que no se podía llamar a los paros durante el periodo de negociaciones. De no llegar a un acuerdo antes del 31 de diciembre, a partir del próximo año se llegaría a una situación de arbitraje para firmar el nuevo convenio, una opción que ni desea la dirección ni los trabajadores.

Los esfuerzos en la EMT contrastan con la situación que se vive en FGV (sumida en importantes jornadas de paro), ya que entre la Generalitat y los trabajadores hace tiempo que se rompió la capacidad de negociación.