La junta de gobierno del Ayuntamiento de València aceptó la donación de la escultura La Pamela, de Manuel Valdés, adquirida por la Fundación Hortensia Herrero y regalada a la ciudad.

El expediente de donación de este monumental busto, que se trasladó esta semana desde la Ciudad de las Artes a la Marina Real para su exhibición permanente, establece las condiciones en que se realiza.

Entre ellas, figura que el ayuntamiento no podrá cambiar de ubicación la escultura, ubicada sobre una peana-mirador junto al Tinglado 2, sin permiso de la Fundación Hortensia Herrero. La entidad impulsada por la vicepresidenta de Mercadona asume en las condiciones de la donación el mantenimiento de la escultura, comprada por 1,7 millones de euros, y la peana.

Además de asumir los gastos del traslado e instalación, la fundación que preside Hortensia Herrero asume el mantenimiento tanto preventivo (barnizado y pulido) como el de eliminación de pintadas y reparación de roturas, así como de la iluminación. No se responsabiliza en cambio de los accidentes y daños ocurridos por desperfectos en la escultura o la peana, que serán asumidos como responsabilidad patrimonial por el ayuntamiento.

El consistorio ha dado de alta en su inventario de bienes el busto de Valdés ampliando la póliza de seguros. Entre las condiciones que ha puesto la fundación para la donación se indica la «voluntad de que la escultura esté siempre expuesta a los valencianos, por lo que no se podrá trasladar a almacenes ni recintos privados que no sean de acceso público».

La Pamela, como se ha publicado, resultó ganadora de la votación popular organizada por la Fundación Hortensia Herrero el pasado verano para elegir cuál de las cinco cabezas de Valdés que formaban parte de la exposición temporal de la Ciudad de las Ciencias se quedaría en la ciudad.

Para el traslado, como informó este diario, se utilizó una grúa de dimensiones especiales. Las tres piezas que forman parte de la escultura (pie, cabeza y pamela) están ya en la Marina, donde quedarán custodiadas hasta que se termine la peana sobre la que se ubicará, una estructura de cemento, con varios niveles y recubierta de madera. «Es una obra para ser contemplada con una perspectiva de 360 grados. De esta forma refleja mejor su conexión con el mar», ha explicado esta semana el arquitecto Carlos Campos, responsable del traslado y montaje.