Dos de las principales entradas de tráfico de la ciudad, la avenida del Cid y el Camí Vell de Picanya, amanecieron ayer con varias pancartas en las que la bici se reivindicaba como el medio de transporte más eficaz para moverse por la ciudad, al margen de su beneficio que para la salud de las personas que la usan o su contaminación cero.

En plena hora punta y con miles de vehículos accediendo y saliendo del «cap i casal», los conductores pudieron leer «En bici ya habrías llegado» y «¿Atascos? Viva la bici», lo que provocó un suculento debate en las redes sociales sobre quiénes fueron los autores de esta iniciativa e incluso sobre el fin que perseguían, pues las interpretaciones fueron, en algunos casos, opuestas.

Las pancartas apenas duraron unas horas colocadas, ya que la Policía Local de València procedió a su retirada. Fuentes del cuerpo explicaron a este periódico que entre las competencias de los agentes se incluye la retirada de carteles «bien por el contenido (publicidad ilegal, texto injurioso, etc), bien por el tamaño que haga suponer un riesgo», como parece que fue el motivo esgrimido ayer. La Policía Local explica que el material retirado «se deposita por si las reclama el titular y se levante, en el caso de que proceda, un acta de denuncia».

En círculos ciclistas se daba por seguro que la autoría de las pancartas era de dos activistas de la bici, vecinos de la zona, aunque no representaban a ninguna de las asociaciones de la ciudad. Por lo tanto, la intencionalidad de los mensajes era evidente: hacer reflexionar a los conductores si no les convenía pasarse a la bici para acceder a la urbe.

Entre los conductores hubo de todo en las redes sociales, los que aceptaron con deportividad e incluso con humor el mensaje, y los que directamente acusaban a los autores de las pancartas de tener poca educación, pese que en ningún caso lo mensajes eran ofensivos.

Entre los argumentos que criticaron la iniciativa se esgrimió que las pancartas se colocaron precisamente en lugares donde el tráfico es, principalmente, metropolitano. Y es que los pueblos adolecen de una conexión segura al «cap i casal» con bici y de un transporte público potente que permita a miles de personas optar a un cambio modal en sus desplazamientos. Otros, incluso interpretaron que las pancartas eran para denunciar, en clave irónica, actuaciones como la retirada de pasarelas de la Avenida del Cid o los carriles bici.