La Orden Pontificia y Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén tomó posesión de la Colegiata de san Bartolomé y san Miguel Arcángel, reanudando así una histórica relación de ambas instituciones, interrumpida con la guerra civil y el derribo del templo, interrumpida desde hace 82 años.

Conquistada Valencia, Jaime I confió la guarda y custodia de la Capilla del Santo Sepulcro de Valencia, cuyo orígenes se remontan a los primeros tiempos del cristianismo y fue respetada en los tiempos de dominación islámica, a los Caballeros Sepulcristas que le acompañaban. Desde entonces fue el templo de la Orden y su sede oficial en esta ciudad.

La ceremonia fue presidida por el Prior de la Colegiata, David Santapau, quien estuvo acompañado por el Cabildo de Canónigos, y por el Presidente de la Orden en Valencia, Fernando de Rosa, quienes en sus parlamentos celebraron la reanudación de las relaciones e hicieron votos por persistir en la tradición histórica que els une y vincula. Maestros de Ceremonias fueron por la Colegiata Miguel Ángel Bondía y por la Orden Eduardo de Diego.

La reliquia del Santo Sepulcro que se conserva en la Colegiata fue procesionada y venerada, dándose con ella la bendición a los asistentes. Al término, la Colegiata Parroquia regaló a los Caballeros y Damas de la Orden dos libros, uno antiquísimo y otro moderno, que versan sobre la historia de la Orden y el templo de dignidad sepulcrista. El broche de oro lo puso un vino de honor.