Hoy les mostramos el proyecto ganador del Premio Ciutat de Palma de Arquitectura "Guillem Sagrera" 2013 y el Proyecto seleccionado en la XII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo 2013 de los arquitectos Pep Ripoll y Juan Miguel Tizon. www.ripolltizon.com.

El contexto urbano donde se ubica el edificio pertenece a Pere Garau, uno de los barrios de ensanche de la ciudad. El edificio se ubica en una zona que se está adaptando al orden pautado por el Plan General, pero que aun presenta un panorama heterogéneo, con volumetrías de diferentes alturas e imágenes dispares.

Pensar hoy en dia en viviendas de protección oficial significa pensar en viviendas económicas y funcionales. El proyecto que nos ocupa, además, añade a estos dos requisitos básicos algunos ingredientes más: la búsqueda de calidad arquitectónica y la voluntad de establecer un diálogo entre el edificio y el entorno donde este se ubica.

El edificio se desarrolla en un solar en esquina. Asumiendo que se pretende obtener el máximo aprovechamiento urbanístico permitido, la volumetría resuelve la transición entre las calles Capita Vila y Ca´n Curt. La medianera generada en el salto de alturas se ha tratado como si fuera una fachada más. Se ha jugado con las reglas establecidas, tratando de sacarle partido a la normativa a expensas de quien redacta el Plan. En este caso la normativa determina una profundidad edificable de 12 metros, y permite realizar vuelos hacia ambas calles, la mitad de los cuales pueden ser ocupados con superficie cerrada. La propuesta planteada pretende aprovecharse de esta situación para generar los mecanismos que relacionan la vivienda con el entorno más inmediato.

Se juega con el vacio y el lleno, y se busca la relación de la vivienda con el exterior mediante huecos realizados en el volumen, "bocados", que generan un vacío, un volumen de aire incorporado a cada vivienda a modo de paisaje inmediato: un espacio-filtro intermedio que relacionara al habitante con el entorno. La disposición de los huecos surgirá del dialogo que el edificio establece con los edificios colindantes, buscando, en ese dialogo, ser sensible a las escalas, alturas y morfología de los mismos.

De este modo, la relación con el entorno dependerá de cada una de las viviendas, y en concreto de los huecos que las particularizan.

La ventana indiscreta

En la película de Alfred Hitchcock La ventana indiscreta los numerosos vecinos desarrollan fragmentos de vida que un reportero mirón recoge puntillosamente con ayuda de unos prismáticos. Tomando como referencia dicha película, el edificio tiene voluntad de percibirse como un sólido horadado donde las realidades de cada uno de los habitantes serán como escenarios, amontonados unos sobre otros, como lo son las vidas de los habitantes en la película de Hitchcock, donde las historias observadas se desarrollan en habitaciones iluminadas, detrás de ventanas sin cortinas, como si cada una de ellas fuera una película en sí misma.

La intención es entender el edificio como un pequeño universo de pequeñas historias organizadas según un orden no aparente. Se ha cuidado especialmente la dimensión de estos bocados, que, a modo de grandes ventanas construyen ese marco que pone en relación las escenas cotidianas de la vivienda con la calle. De noche, los bocados de sombra serán lámparas, que crearán un paisaje nocturno que iluminará la calle. A nivel organizativo, las distintas estancias de las viviendas se agrupan de modo flexible alrededor de bandas fijas que alojan los paquetes servidores en cada planta. Este esquema permite jugar con las relaciones entre las terrazas durante el proceso de proyecto, variando su posición al tiempo que se ajustan las tipologías. Todas las viviendas se componen de unos espacios y elementos tipo similares, pero cada una tiene una configuración espacial diferente que tiene su origen en la posición de la terraza dentro del volumen del edificio.