Contrariamente a lo que se piense, las cistitis no se contagian en las piscinas, saunas o en los baños. La infección procede de uno mismo, del propio tracto gastrointestinal. En el ámbito extrahospitalario, se trata de la segunda infección urinaria más frecuente. En cambio, dentro de los hospitales, estas infecciones son las más frecuentes, destacando la cistitis. En este ámbito, casi siempre se relacionan con la manipulación del tracto urinario en la colocación de sondas. Pueden llegar a complicarse y recrudecerse e incluso a repetirse en múltiples ocasiones.

Así lo asegura el urólogo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Luis Resel, quien destaca que se trata de una infección más frecuente en las mujeres que en los hombres, principalmente por razones anatómicas. "En la mujer, tanto el ano, como la vagina y la uretra se encuentran en el mismo plano anatómico. Además, la uretra es más corta que en el hombre, por lo que es más fácil que ahí proliferen los gérmenes. Por ello, en los hombres es más infrecuente y siempre en estos casos hay que derivarlo al urólogo para descartar cualquier alteración", subraya.

El también profesor en la Universidad Complutense de Madrid resalta que las cistitis no se transmiten por vía sexual, aunque sí tienen que ver con las relaciones sexuales, especialmente en sus inicios, y por la cercanía anatómica en la mujer, ya que vagina, ano y uretra están en el mismo plano anatómico. Asimismo, indica que en las mujeres también hay una mayor prevalencia de infecciones de orina con la menopausia, ya que tienen menos estrógenos.

Entre otros síntomas de la cistitis el especialista apunta a la 'disuria' (escozor al orinar, ardor, aumento de frecuencia miccional); al 'tenesmo' o sensación de no haber terminado de orinar; también la hematuria o sangre en la orina; así como el dolor hipogástrico o en la zona de la vejiga. En cambio, precisa que el picor no suele darse en este tipo de afecciones, y sí está relacionado con las candidiasis vaginales.

Siempre es mejor contar con un cultivo de orina

Sobre el tratamiento, el experto del Hospital Clínico San Carlos lamenta que no siempre dé tiempo de realizar un cultivo de orina, ya que generalmente los resultados se obtienen días después y cuando una mujer acude al médico por una infección de orina es porque no puede más. Así, aboga por la dispensación de antibióticos de corta duración (no más de tres días) y que combatan un amplio espectro de gérmenes.

"Hay que tener cuidado con los antibióticos porque si se emplean mal pueden destruir la flora que nos defiende de otras infecciones, además de desarrollarse resistencias. En una mujer sana, lo ideal es un tratamiento corto de antibiótico, no más de tres días, porque si no se puede destrozar toda su flora y se puede producir una candidiasis vaginal", defiende.

Resel subraya a su vez que, al tratarse de una infección localizada y que tiene escasa afectación general, no suele presentarse con un cuadro de fiebre. "Cuando hay fiebre hay que pensar que hay un órgano que puede estar afectado, como es el caso del riñón en las mujeres. En las mujeres las infecciones urinarias suelen transmitirse por vía ascendente. Es muy raro que una mujer que tenga una infección en el riñón (pielonefritis) no haya tenido antes una cistitis", avisa el especialista.

Además, resalta que hay mujeres que también tienen una mayor facilidad para tener cistitis: "La razón no se sabe muy bien, aunque se ha demostrado que hay unos receptores en la vejiga que facilitan que esas bacterias se unan a la mucosa de la vejiga (urotelio)".

Por otro lado, el experto del Hospital Clínico San Carlos de Madrid sostiene que siempre que empiecen a notarse los síntomas de una infección de orina debe acudirse al médico de atención primaria. No obstante, destaca que en las mujeres, de repetirse éstas hasta en más de tres ocasiones al año, se debe derivar la consulta al urólogo. En el caso de los hombres, indica que hay que acudir directamente al urólogo porque es muy extraño que tenga lugar una infección de orina.

"Una de cada cinco mujeres a lo largo de su vida va a padecer una infección urinaria, y suele ser más frecuente en los climas húmedos y tropicales. De hecho, en Estados Unidos, el impacto económico de tratar enfermedades nosocomiales supuso un gasto superior a un billón de dólares en 1999. Es una patología bastante prevalente", agrega Resel.

Consejos para prevenir la cistitis

En este sentido subraya que las estaciones más frecuentes de cistitis son el verano y el invierno, por los cambios de temperatura de frío a calor, y por la sudoración. "No es por el tema de las piscina sino por las temperaturas.

Los extranjeros siempre se cambian de bañador para evitar el cambio de temperatura, eso es lo que se recomienda en pacientes con infecciones de repetición", agrega. Con todo ello, Resel aconseja sobre las cistitis:

  • En pacientes con facilidad para infecciones cambiarse de bañador tras bañarse en el mar o en la piscina.
  • Mantener una ingesta hídrica mínima de dos litros diarios.
  • Evitar aguantarse mucho las ganas de orinar. "No es bueno porque al aumentar la capacidad vesical luego no se orina bien, sino en dos tiempos, se deja residuo en la vejiga. Como se tienen muchas ganas se suele orinar en dos tiempos porque no es capaz de vaciar la vejiga en una micción", apostilla.
  • Limpiarse en el correcto sentido, de la vejiga al ano, y no al revés, porque sino se transmiten las bacterias del ano a la vagina, y ahí colonizan la uretra y surge la infección.
  • El tratamiento sintomático, no solo antibiótico, debe completarse con analgésicos y antiinflamatorios, en caso de que sea necesario.
  • Conviene identificar siempre y, previamente a la administración de antibiótico, cuál es el germen responsable de la infección a través de un cultivo de orina.
  • En mujeres, se recomienda un tratamiento antibiótico corto, de no más de tres días de duración, con el objetivo de evitar infecciones por hongos en boca y vagina tras la destrucción de la flora por el medicamento, mientras que en los hombres un tratamiento de un mes de antibiótico porque si no se corre el peligro de cronificar la infección urinaria.
  • Concienciar a pacientes de que cuando hay infección hay que acudir al médico y no automedicarse porque cada vez hay más resistencia a los antibióticos. También es muy importante cumplir siempre con el tratamiento a rajatabla, ya que no se termina en muchas ocasiones o no se cumple el horario.
  • Se recomienda la ingesta de arándanos y de zumo de limón, por un componente que tienen, y que lo convierte en un antiséptico natural. Además, el propio tracto urinario produce sustancias antisépticas que, unidas a la función del riñón, representan una prevención para las infecciones e impiden que las bacterias se unan a la vejiga.
  • Miccionar después de tener relaciones sexuales.
  • El consumo de probióticos en cápsulas que favorecen el crecimiento de la flora intestinal normal, de la flora saprofita. "Estamos 'contaminados' por gérmenes que nos ayudan a defendernos contra las infecciones que conforman esa flora buena. Por ello, hay que tener cuidado con los antibióticos, que eliminan esa flora. El 90% de probióticos si no están encapsulados se eliminan en estómago", aprecia el experto.
  • Aplicar estrógenos tópicos en mujeres mayores para favorecer las defensas naturales, siempre que lo diga el especialista. "Hay aplicadores con óvulos que se suelen administrar por vía intravaginal y también probióticos vaginales, para favorecer la flora vaginal sana y así evitar las infecciones urinarias", sentencia.