¿Qué son los biomarcadores de imagen?

Un biomarcador de imagen se define como una característica extraída de las imágenes adquiridas de un paciente, que puede medirse de forma objetiva y que se comporta como un indicador de un proceso biológico normal, una enfermedad o una respuesta a un tratamiento. Si pensamos en un análisis en el que nos toman una muestra de sangre, los biomarcadores serían la glucosa o el colesterol, por ejemplo. En cambio, aquí la muestra son las imágenes que se obtienen con un TAC o una resonancia magnética y los biomarcadores serían todo lo que podemos medir en esas imágenes y que tiene importancia para el paciente.

¿Cómo se extraen esos datos?

A partir del análisis de las imágenes mediante técnicas por ordenador. Estas técnicas permiten hacer estudios muy detallados, superando en muchos casos lo que el ojo humano es capaz de ver. Por ejemplo, tenemos programas que pueden detectar y medir el tamaño de posibles lesiones de forma automática, o programas con modelos matemáticos que estudian el comportamiento microvascular, el entorno celular o la heterogeneidad de una lesión concreta. Básicamente lo que hacemos es aplicar conocimientos de física, matemáticas e ingeniería a la medicina, concretamente a la imagen médica, para medir las propiedades biológicas que están relacionadas con el cáncer.

¿Qué papel juegan en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de mama esta clase de estudios?

Los biomarcadores de imagen mejoran la calidad y la relevancia clínica de los informes radiológicos, ya que permiten reducir la variabilidad y aumentar la precisión del diagnóstico. También se ha demostrado que se pueden emplear para ver si un tratamiento está siendo eficaz o no, sin tener que esperar a que termine. Se trata de que el médico tenga la mejor información lo más pronto posible.

¿Podemos decir que gracias a estos estudios se pueden aplicar a las pacientes tratamientos más personalizados y por lo tanto más eficaces para el cáncer de mama?

Al tratarse de medidas objetivas obtenidas de una paciente en concreto son por definición personalizadas. Aunque en algunos casos puede ser importante comparar estas medidas con los datos de toda la población, su mayor potencial está en ofrecer una instantánea muy detallada de la situación de la paciente, facilitando así un seguimiento mucho más individualizado.

¿Cuál va a ser la evolución futura de la imagen médica en el tratamiento del cáncer?

La imagen médica continuará muy ligada a la evolución tecnológica. Los equipos de imagen se están convirtiendo en instrumentos de medida que generan cantidades muy grandes de datos de cada paciente. Hoy hablamos de radiología cuantitativa y biomarcadores de imagen, pero ya estamos asistiendo a las primeras aplicaciones de la radiómica y la inteligencia artificial, que serán capaces de combinar y analizar prácticamente toda la información disponible de un paciente, no solo sus imágenes. Queda mucho camino por recorrer, pero es previsible que en un futuro próximo estas nuevas aplicaciones mejorarán la forma de prevenir, diagnosticar y tratar el cáncer.