Todos recordamos las imágenes que hace un año veíamos en televisiones, periódicos y redes sociales. Estanterías de supermercados arrasadas. Y no sólo de papel higiénico nos hablaban, sino de cervezas y otras bebidas alcohólicas.

Con esto en nuestras retinas podríamos pensar que el duro año que hemos pasado habría multiplicado el consumo de este tipo de bebidas nada saludables, así como otras sustancias. Pero no es así.

La pandemia ha traído algo positivo para nuestra salud. Y es que en el estudio realizado por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones OEDA-COVID 2020 de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, el consumo de alcohol, tabaco y cannabis ha descendido desde el inicio de la pandemia provocada por la COVID-19.

El descenso ha sido generalizado en todos los grupos de edad, pero la mejor noticia es que son los menores de 25 años los más han reducido el consumo de estas sustancias. ¿La causa? Fundamentalmente los confinamientos, el cierre de establecimientos de hostelería y las restricciones de movilidad que siguen impuestos en muchas comunidades autónomas.

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Hasta este momento, no se disponía de datos claros sobre esta cuestión, aunque algunos análisis ya apuntaban a un descenso. Para realizar este estudio, se ha entrevistado telefónicamente a más de 8.000 personas de entre 15 y 64 años, a las que se suman cerca de 900 personas de 65 y más años residentes en todo el territorio nacional.

Hemos bebido menos alcohol

Tal y como ha expuesto el delegado del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas, Joan Villalbí, los datos muestran que durante la pandemia ha disminuido el consumo de bebidas alcohólicas en ambos sexos y en todos los grupos de edad.

Si antes de la pandemia un 62% de los españoles consumía alcohol, desde que se inició la crisis sanitaria el porcentaje se ha reducido hasta el 57,3%.

La mejor noticia es que este descenso es más acusado entre la población más joven, entre 15 y 24 años, hasta un 25% menos.

También disminuyen los consumos intensivos de alcohol durante la pandemia, en forma de intoxicaciones etílicas, borracheras, en ambos sexos y en todos los grupos de edad. Antes de la pandemia era de 17,2% y durante la pandemia bajó a 9,7%. De nuevo es el grupo de 15 y 19 años el que reduce más las borracheras, un 25%.

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Hemos fumado menos

El día previo al confinamiento las colas en las puertas de los estancos también fueron importantes. Pero en este caso la pandemia tampoco se ha traducido en un incremento del consumo de tabaco. De hecho, son muchas las personas que han dejado este hábito tan poco saludable y que tanto complica una infección por SARS-CoV-2.

Si la prevalencia del consumo de tabaco antes de la pandemia era de un 29,1%, durante la pandemia se sitúa en el 27,7%.

Y como ocurría con el alcohol, el descenso se produce en todos los grupos de edad, aunque las que menos han reducido el consumo de tabaco son las mujeres. Concretamente las que tienen entre 25 y 35 años y entre 45 y 54. Esas mantienen un consumo estable.

A pesar de algunos bulos que surgieron al inicio de la pandemia sobre un posible efecto protector del tabaco ante la infección por coronavirus, ha quedado demostrado que los fumadores tienen más riesgo de padecer la enfermedad de forma más grave.

Tal vez esto haya llevado a muchos a dejar de fumar, sobre todo a los mayores de 60 años, en los que el descenso del consumo se sitúa en torno al 10%.

Y de nuevo es una muy buena noticia que los jóvenes han fumado menos durante estos meses.

El consumo de cigarrillos electrónicos, que ya era bajo, disminuye durante la pandemia (prevalencia de consumo antes de la pandemia 3,5% y durante la pandemia 2,3%), en ambos sexos y en todos los grupos de edad, siendo esta disminución mayor entre las personas menores de 35 años.

Aumentan las mujeres que consumen sedantes

Está claro que estos meses han pesado y mucho en el ánimo de todos. La incertidumbre, el miedo, los problemas socioeconómicos están pasando factura en la salud mental de muchos.

A ello se suma, la fatiga pandémica, que podría ser el origen del incremento registrado en los fármacos hipnosedantes, consumidos sin receta ni indicación médica.

Como ha explicado el delegado del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas, el consumo de este tipo de medicamentos es relativamente bajo, pero se ha observado un incremento de su consumo durante la pandemia de Covid-19.

Así, mientras que la prevalencia de consumo antes de marzo de 2020 era de un 1,9%, durante estos meses ha alcanzado el 3,1%. Sobre todo en mujeres.

Asimismo, el 1,3% de la población de 15 a 64 años encuestada afirma haber consumido analgésicos opioides sin receta tanto antes como durante la pandemia por Covid-19, sin diferencias por sexo.

Drogas ilegales también bajan

Si repasamos las llamadas drogas ilegales también las noticias son buenas. Durante la pandemia por COVID-19 se observa una disminución del consumo de cannabis en ambos sexos y en todos los grupos de edad. Nada menos que un descenso del 17%. Esta disminución es mayor en las edades que presentan mayor consumo, es decir, en los más jóvenes.

Un 19% de las personas de 15 a 64 años encuestadas aseguraban haber consumido cannabis durante la pandemia.

La encuesta también revela que el consumo de cocaína, relativamente poco frecuente, también presenta una disminución durante la pandemia, pasando del 1,4% antes de la pandemia al 1% durante la pandemia.

Más enganchados a internet por diversión

El uso de internet por diversión es una actividad realizada por la mayoría de la población tanto antes como durante la pandemia. Pero durante estos meses hemos incrementado el número de horas que normalmente dedicamos a esta actividad.

En concreto, dedicamos una hora más a diario a consumir contenidos de internet para nuestro ocio o diversión.

Y en cuanto al juego, lógicamente el cierre total decretado en marzo y la paralización de las competiciones deportivas han influido en que el juego presencial con dinero también haya bajado.

Por el contrario, el juego con dinero online no ha variado prácticamente, y siguen siendo los hombres y los menores de 25 años, menores de edad incluidos, los que siguen «enganchados» a estas prácticas.