Salía encantada del Centro Especializado de Atención a los Mayores que tiene la consellería en la avenida Doctor Waksman de València, y satisfecha por haber podido contemplar el artístico trabajo manual de todo un año allí expuesto, maravillosas sutilezas del curso. En mente, los cambios en la enseñanza impartidos por profesoras con los pantalones comprados ya rotos y que, como es moda, han pagado por ellos casi medio sueldo del mes y que por conseguirlo (el sueldo, se sobreentiende) hicieron ya sus vagas y todo (o no) porque papá es rico. El papá, rico él, indica que con los pantalones rotos resulta más sexy; y el muchacho neo, carné de conducir, pantalones rotos, remite a la conductora sesuda a la residencia.

¿No sería aconsejable, en lugar de seguir determinadas modas, dar una vueltecita por Doctor Waskman y aprender de nuestros mayores modos útiles, o simplemente sutiles y bellos adornos? Mola, pero requiere un mayor esfuerzo, sensatez y mucha madurez. Inés Guijarro. València.