Quiero expresar al alcalde de València mi objeción y mi más absoluto desacuerdo con el cartel que ha aparecido frente al Ayuntamiento esta semana: «Solidaritat amb Palestina». Aunque soy de Estados Unidos, llevo casi 10 años aquí. Soy fundador y CEO de una empresa de software cuya sede europea se encuentra precisamente en uno de los edificios al lado del Ayuntamiento.

Ni los visitantes que vienen de otros países ni yo podemos entender qué es lo que lleva a nuestro ayuntamiento a adoptar una postura tan provocadora, dado que el cartel no puede expresar la opinión del 100 % de los ciudadanos de València. De hecho, probablemente los valencianos judíos (y yo soy uno de ellos) no comparten la opinión expresada en este cartel. Entonces, ¿por qué razón lo han aprobado?

Me gustaría recordarle que Palestina, como país, no existe actualmente. Los palestinos sí que existen, como pueblo, y desean formar su propio país. Esto es un sueño importante, y espero que ellos, los israelíes, sus vecinos geográficos y los otros grupos implicados puedan realizarlo en el futuro. Será bastante difícil, pero soy optimista.

En estos momentos hay cientos -o miles- de graves situaciones políticas en el mundo. Y quiero que el señor Ribó sepa que el hecho de que el Ayuntamiento de València haya tomado la decisión de destacar una cuestión de entre todas ellas y que además tome partido por uno de los bandos implicados, a algunos nos hace percibir un fondo de antisemitismo. Y, si no existe esa intención, al menos, sí una falta de respeto y absoluto desconocimiento de los sentimientos de las demás partes implicadas en un conflicto extremadamente complicado y lleno de aristas.

El antisemitismo ha ido en aumento en Europa durante los últimos años, amparado en muchos casos en el apoyo a la situación del pueblo palestino. Yo preferiría que el mundo no tuviera razones para pensar que ese antisemitismo ha calado también aquí, en València, de la que me considero ciudadano adoptivo. Max Lewis Israel. València.