Desearía con esta carta atraer la atención de los lectores de Levante-EMV hacia la bonita localidad serrana de Aras de los Olmos por su gran belleza y la singularidad de sus paisajes. Se trata de una antigua alquería perteneciente a Alpuente que, en el año 2001 cambió su antiguo topónimo, Aras de Alpuente, por el actual, Aras de los Olmos. Situada la final de la CV35, a 986 metros de altitud, el pueblo aspira a ser el primer municipio de la Península Ibérica autoabastecido con energías renovables.

Conviene destacar los siguientes lugares, monumentos y parajes, entre muchos otros:

la Muela de Santa Catalina con el Observatorio Astronómico de la Universitat de València y el

Centro Astronómico del Alto Turia, así como los restos de un poblado ibero; El Castillejo; los antiguos huertos de origen árabe; la torre islámica del siglo X, o Torre del Cortijo; la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, del siglo XVI; el Jardín Etnobotánico de Plantas Medicinales y Útiles; el Ecomuseo; la plaza del Olmo; calles solariegas...

Destacar también su más que notable oferta gastronómica y turística, el cultivo de colmenas que proporcionan exquisita miel, la existencia de numerosas rutas de senderismo, los grandes árboles monumentales (sobre todo las milenarias sabinas), y la gran cantidad de parajes de agreste belleza, como el Marqués y los Rubiales, y su pequeña aldea, Losilla de Aras, edificada en época de iberos y romanos, donde se hallaron en 2001 los restos del primer dinosaurio descrito de la Comunitat Valenciana, el Losillasaurus giganteus. Antonio Polo Pérez. València.