Que los niños y jóvenes están clarísimamente influidos por las nuevas tecnologías es un hecho indudable. Estamos acostumbrados a escuchar la frase de «ahora los niños nacen con un móvil bajo del brazo». Es cierto, y hay que asumirlo. Pero, ¿qué pasa con esas tardes jugando con los amigos en las calles? Esas tardes en las que sin saberlo éramos felices han llegado a su fin. Ahora las quedadas con los amigos se hacen vía Skype, perdiendo la magia del verdadero contacto físico con la otra persona. Los antiguos juegos, los partidos de fútbol con balones de papel de plata, las carreras de los niños por las calles del barrio€ ya no queda nada.

También para los padres es mucho más cómodo que sus hijos estén en casa convirtiéndose en hikikomoris con las videoconsolas que en la calle con sus amigos, viviendo la verdadera felicidad. Quizá, si dejamos de lado la comodidad de estar en casa y salimos, aunque sea por unas pocas horas, con nuestros hijos a las calles, seremos nosotros quienes volveremos a ser niños, mientras nuestros hijos volverán a ser felices. Alejandro Valero Fernández. València.