Todo lo relacionado con la sexualidad está mal planteado. La sociedad nos asocia una etiqueta según nuestros gustos. Estas no solo nos limitan, sino que también algunas son más aceptadas que otras. Por eso nunca me he puesto una. Gay, lesbiana, heterosexual, ¿qué importa?. No dejes que una etiqueta condicione tu capacidad de amar. El amor es amor y cada persona debería ser libre de poder expresar sus sentimientos sin ser juzgado. Consigue tu libertad, amando, sin importar el género, la procedencia lo que piense la sociedad. Maria Aldeguer González. València.