Una vez me hablaron de una especie de ecuación. Era sencilla y constaba de tres números. El 20, el 50 y el 10. El veinte eran los años que pasábamos formándonos a lo largo de nuestra vida. El proceso de crecer, ir al colegio, a la universidad e intentar encontrar un trabajo. Cincuenta son los años que pasamos trabajando, o dedicándonos a mantener nuestra vida a flote, para pagar todos nuestros gastos y vivir una vida relativamente normal. Por último, diez son los últimos años de nuestra vida, lo que debería coincidir con nuestra jubilación. Realmente es lo que debería ser nuestro retiro o nuestro descanso merecido por tanto esfuerzo tras tantos años dedicados.

Hoy en día vemos a personas que llevan toda su vida trabajando y cobran bajísimas pensiones, algunos desahuciados, otros en la calle€ Por lo tanto, toda una vida trabajando, ¿para qué? En nuestras manos está cambiar la ecuación.