Tengo una buena amiga a la que la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas le reconoció el diciembre pasado la Renta de Inclusión. A causa de un error del Servicio de Prestaciones de la Dirección Territorial de València, que es el departamento que la gestiona, le concedieron el complemento de derechos energéticos de 51,51 euros, pese a no corresponderle, y por ello le suspendieron el pago de la prestación de 515,13 euros al mes siguiente de comenzar a cobrarla. Todo ello se produjo sin enviarle ninguna comunicación ni una nueva resolución, con lo que le generaron una total y absoluta indefensión. La información sobre los motivos por los que no la cobra la ha tenido que conseguir telefónicamente a través de una extrabajadora de esa conselleria. Y la respuesta que dan ante tan grave problema es que no se puede reactivar por cuestiones informáticas. Después de meses de presentar escritos, reclamaciones, quejas (incluso al Síndic de Greuges), etc., y no obtener ninguna respuesta, la impotencia y el desencanto son enormes. Esa amiga tiene una enfermedad mental, y si no vive en la calle es porque la tengo acogida en mi casa. Yo también tengo una discapacidad y una pensión baja, por lo que yo mismo estoy asumiendo las deficiencias de la Administración. Me preocupa que una pésima gestión pueda afectar tanto la vida de una persona (o más, porque sé que hay otros casos en esa misma situación), y que eso no tenga consecuencias. Y es muy triste que el tan autodenominado «Gobierno para las personas» se vuelva, en este caso, «contra las personas». ¿Dónde está la palabra y dónde la realidad? ¿Se puede dejar la gestión de asuntos tan importantes en funcionarias que no asumen sus responsabilidades, que trabajan en los servicios sociales intentando obstaculizar las acciones de los ciudadanos y las ciudadanas, en lugar de facilitarles una vida digna? ¿Cómo es posible que en los tiempos en que estamos no se pueda solucionar un error humano argumentando «imposibilidad informática»? Yo he trabajado en la Administración y sé de qué hablo.