Desde hace ya unos cuantos años hemos visto cómo van desapareciendo las librerías y duramente las papelerías, donde la economía de barrio se desvanece y quedando solo las grandes superficies. No solo peleamos con los monstruos gigantes, digitales, etc, sino ahora también con los colegios que ofrecen la venta de libros y hasta material escolar, confabulándose con las editoriales sin poder competir de ninguna forma. Las pocas papelerías de barrio nos sentimos abandonadas y traicionadas, desnudas y ultrajadas, sin nadie que nos defienda y viéndonos obligados al cierre inminente. ¿Será que la idea es que realmente desaparezcamos? ¿Es denunciable esta práctica o será que el Ministerio de Educación se hace la vista ciega y no es un tema que les importe? ¿No es mas fácil poner precios fijos a los libros y así evitar que se abuse con los precios de venta y mantenemos los negocio de barrio que tanto hace falta y que el dinero circule en el mismo barrio?