Juan Francisco Roca, Alicante

Un punto en el Rico Pérez, aunque ese campo sea un auténtico patatal, es un puntazo. Pues lo sumó ayer el CD Castellón y eso que el encuentro se le complicó más de la cuenta con la maldita lesión de Pepe Mora a los dieciocho minutos de partido y la postrera de Carlos Sánchez. Pese a esos contratiempos, los hombres de Abel Resino supieron manejarse bien y por momentos pudieron ganar los tres puntos. Incluso en el minuto 60 el colegiado le birló un gol a los castellonenses por un dudosísimo fuera de juego en el cabezazo de Ulloa tras falta botada por Arana.

Abel Resino apostó por reforzar el centro del campo con la presencia del doble pivote más defensivo que de costumbre, con López Garai y Mantecón, y dotar de más rapidez en las bandas, con Nsue por la izquierda y Arana por la derecha. De enganche volvió Mario Rosas, que le guardó la espalda a Ulloa.

El arranque fue bastante alentador. Los pupilos de Abel Resino desplegaron bastante bien su arsenal sobre el maltrecho terreno de juego y fueron los que empezaron mandando. Sin crear excesivo peligro, pero sí teniendo maniatado al representante de la capital de la Costa Blanca.

Era todo muy bonito hasta que saltaron las alarmas. Pepe Mora se quedó medio tendido en el terreno de juego con la mano derecha sobre su cuádriceps diestro. Sus cabezazos y la patada que soltó Abel Resino sobre lo que quedaba de césped auguraban lo peor. Rápidamente salió Dani Pendín y llegó la primera reestructuración. López Garai retrasó su posición al eje de la zaga y Pendín se ubicó en el doble pivote, junto a Mantecón.

Minutos de desconcierto y el Hércules CF que poco a poco le fue comiendo terreno a los albinegros. Tote y Delibasic empezaban a entrar en juego y eso no era buen síntoma. Y es que el cambió desequilibró el centro del campo castellonense y atrás empezaban a sufrir más de la cuenta tanto López Garai como Pol. Menos mal que al asistente de preferencia no se le encasquilló la mano.

En cuando a pisadas al área contraria y ocasiones de gol la balanza se debió decantar a favor del CD Castellón, pero ni Arana ni Nsue, que fueron los que más lo intentaron, acertaron en los metros finales. En el bando alicantino la mejor ocasión fue para Fernando Sales quien, tras zafarse de Pol, entró en el área y su lanzamiento se perdió alto.

Los castellonenses se achataron con el paso de los minutos y lo mejor que podía pasar era que llegase el descanso porque el Hércules CF se crecía y a más de uno la camisa no le llegaba al cuello. Así que los equipos se fueron al vestuario para recibir nuevas instrucciones. Después arrancó el segundo tiempo sin cambios en ambas formaciones y en el juego también todo igual, con los anfitriones apretando el acelerador.

Los blanquiazules siguieron coqueteando con un CD Castellón muy trabajador y que poco a poco fue equilibrando el juego. Todavía uno no se explica la razón que llevó al asistente de preferencia a anular un gol que tenía toda la pinta del mundo de ser legal. Arana golpeó una falta lejana que Ulloa cabeceó a la red anticipándose al portero local y a un central. Cuando los albinegros levantaban los brazos, apareció el asistente con la bandera levantada.

Las imágenes eran muy confusas, pero la pinta era que el gol era legal. Una lástima. Como una pena muy grande fue que minutos después Ulloa no lograra enviar el balón al fondo de la red. El meta Calatayud lo evitó de fenomenal estirada. Y es que el encuentro se fue convirtiendo en un verdadero corre calles. Y para ponerle más emoción al envite, Carlos Sánchez dejó su puesto a Xavi Oliva.

El Hércules CF se quedó con un hombre menos por una dura entrada de Abel Aguilar sobre Mario Rosas. Ni era el momento de arriesgar, pues los alicantinos con diez, con once o con doce eran igual de peligrosos. El punto era bueno. En otro escenario y ante otro contrincante, a lo mejor se podía ser más ambicioso.