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La situación del vertedero de Benicarló está «muy complicada». Así lo ha reconocido el alcalde de la ciudad, Marcelino Domingo, quien se muestra contundente al asegurar que «aunque estuviera más vacío, en los tiempos en los que vivimos no es la situación más idónea para cualquier ciudad».

El alcalde de Benicarló reconoce que ha habido movimientos en el seno del consorcio de residuos y que en la última reunión celebrada en Alcossebre se había hablado de una opción transitoria como era la ubicación de una planta de transferencia en Benicarló aprovechando la planta de residuos, en una zona acondicionada con agua, luz y báscula.

Para ello hay que reunir a los técnicos del consorcio para ver su viabilidad. Según Domingo, es necesario que hayan movimientos porque la situación de los municipios principales con presencia en el consorcio ya es «insostenible».

En cuanto a la propuesta del Geiser Box (caldera que trataría la basura a altas temperaturas sin contaminar), lanzada desde el equipo de gobierno de Benicarló y denostada por el consorcio, el munícipe apunta que Benicarló continúa trabajando en esta alternativa, de forma paralela al consorcio, a través de la universidad de Valencia. Tratamiento por calentamiento.

El caso de Càlig

En esta misma línea, el alcalde de Càlig, José Anglés, indica que es «irracional» que la propuesta de Benicarló sea descartada cuando «es mucho mejor por lo que hace pensar mal». Anglés incide en la ilegalidad que supone el vertedero de Cervera «porque no se analizó la idoneidad del lugar» y se muestra convencido de que «los dos partidos llegaron a un arreglo». José Anglés, recuerda que a su llegada al gobierno local de Càlig invitó a las 49 poblaciones que integran el consorcio, además de la suya, a conocer la zona de la Bassa y la propuesta que Càlig hacia dentro del término de Cervera, «pero no vino casi nadie, sólo Antonio Cuenca por Benicarló, los representantes de Les Coves de Vinromà y de la Salzadella, además de Joaquín Puig y de Vicent Aparici».

Finalmente, Anglés se muestra categórico ante los riesgos que plantea la actual ubicación por las características del terreno. «Cuando llueva se hará un pantano y filtrará abajo, es una aberración ponerla allí», apunta el edil quien anuncia que «si hace falta ir a Europa lo haremos, la Generalitat ya lo sabe».

El plan zonal I (els Ports-Maestrat) agrupa a 49 municipios que no tienen una instalación donde tratar correctamente sus residuos. La mayoría tiene que enviarlos fuera de la provincia, a Jumilla, en algunos casos, lo que ha obligado a elevar las tasas de recogida hasta un 300% debido al transporte.

Además, el problema se agrava en la temporada de verano, dado que la llegada de mayor población tanto a la costa y al interior genera más basuras y colmata los vertederos, la mayoría de ellos ilegales. Además, ofrecen una imagen negativa para el turismo, debido a los malos olores y el impacto visual.