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El Villarreal cumplió su papel y se acerca a la cabeza del grupo D tras vencer ayer al Brujas con más problemas de los esperados, sobre todo teniendo en cuenta que jugaron con uno más sobre el césped durante más de 60 minutos. La Europa League sigue mostrando a un submarino mucho más dubitativo, sin la superioridad que muestra en Liga. Pese al resultado a favor, el conjunto de la Plana Baixa demostró que por ahora tiene Nilmardependencia y su ausencia no fue demasiado bien entendida ante un partido trascendental, o por lo menso así lo veía Juan Carlos Garrido.

La entrada de Jozy Altidore junto a Rossi en ataque fue la gran sorpresa del técnico en el once, pues no sorprendió tanto que le diese la titularidad a Gonzalo, que volvió a hacer méritos para ganarse también el puesto en Liga marcando un gol. Como era de esperar la baja de Senna fue suplida por Borja Valero en el doble pivote, lo que dio entrada a Cani en banda que se convirtió en el protagonista trágico del encuentro.

Y es que el jugador maño duró sólamente 34 minutos sobre el terreno de juego porque literalmente los jugadores del Brujas se lo cargaron. Primero fue Vargas, con un codazo, que le provocó una hemorragia en la nariz y que afortunadamente vio el juez de la línea de fondo, mandando al jugador del conjunto belga al vestidor y dejando al Villarreal con uno más en el campo. Pero poco lo pudo disfrutar el maño, pues Blondel lo barrió con una entada durísima y le clavó el taco en la tibia, provocando la sustitución del extremo amarillo que necesitó puntos de sutura en el vestuario.

Su puesto fue ocupado por un Jefferson Montero que acabaría siendo determinante. Así, a los pocos minutos llegaba el gol tan buscado, y que tanto se le estaba resistiendo a Jozy Altidore, que dispuso de hasta tres manos a manos con el meta De Vlieger sin éxito. De nuevo una oportunidad perdida la del delantero americano, quien cometió errores continuos en la definición de las jugadas.

El que no falló fue Rossi. El italiano aprovechó perfectamente una asistencia de Capdevila en la frontal del área para adelantar al submarino en el marcador.

Un gol que traía la cordura después de los vivido con Cani pero que no fue suficiente para conseguir el triunfo, pues en unos segundos antes del descanso, en una acción desafortunada el Brujas conseguiría el empate. Diego López hace una salida en falso, choca con Gonzalo y el balón cae a los pies de Donk, que remata a placer. Demasiado premio para un rival que hasta ahora ni siquiera se había acercado a la portería local.

La tranquilidad

Un empate que devolvía la presión a los amarillos pues ese resultado no le servía para abandonar el último puesto de su grupo en la liguilla de la Europa League. El Villarreal se volcó al ataque, pero fue Gonzalo quien salió al rescate del submarino. Fue Jefferson Montero quien centró de forma magistral justo a la cabeza del defensa que dio la victoria a los amarillos, y que sirvió para demostrarle al técnico Juan Carlos Garrido que está haciendo méritos para también ganarse un puesto en el once en la Liga. El Villarreal no dejaba de buscar el tanto de la sentencia frente a un Brujas que por momentos parecía que iba por delante en el marcador, pues renunció a tener el balón.

Sin embargo la pegada de la que presumió el submarino en el último encuentro no se dejó ver ayer por El Madrigal, quizás por el exceso de cansancio de los jugadores o porque el pichichi de la Liga se quedó en el banquillo. Sin embargo, en esta ocasión el resultado sí dio la razón a Garrido , aunque no logra ser segundo del Grupo D, que también da la clasificación a dieciseisavos de final de la Europa League, por el triunfo inesperado del PAOK de Salónica frente al líder Dinamo de Zagreb.

Al Villarreal no le queda otra que seguir sin poder desperdiciar ni un sólo punto en las cuatro jornadas que le quedan.