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Parque natural

Piden explicaciones por la tala de 3.000 pinos en el Penyagolosa en mayo

Miembros de la Junta Rectora acusan al Consell de no cortar árboles de modo selectivo

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Un sector de la Junta Rectora del Parque Natural de Penyagolosa pedirá el próximo jueves explicaciones al Consell por la «tala indiscriminada» de más de 3.000 pinos en la zona protegida de Sant Joan –el pasado mes de mayo– bajo la excusa de eliminar una plaga de muérdago. Las voces críticas, respaldadas por colectivos ecologistas como Acció Ecologista Agró, cuestionan que la Conselleria de Medio Ambiente «incumplió su compromiso de cortar arbolado de forma selectiva» y cuestionan un plan con el que el Consell prevé cortar alrededor de 10.000 ejemplares de Sant Joan de Penyagolosa en los próximos 10 años.

La Comisión Forestal de Acció Ecologista Agró visitó hace escasas semanas la zona afectada y denuncia que ha constatado que «la mayor parte de la tala afectó a pinos sanos que no estaban afectados por el muérdago y se abrieron pistas de forma indiscriminada con daños evidentes a las especies del entorno».

Desde el punto de vista de Acció Ecologista Agró, el plan de la Dirección General de Gestión del Medio Natural «presenta pobres argumentaciones sobre las causas y destina más de un 75% de la inversión exclusivamente a la tala y bajos porcentajes a repoblaciones arbustivas y podas selectivas».

A juicio de Agró, los informes de la Conselleria de Territorio «evidencian que se desconocen las causas y las consecuencias de la plaga. No se cuantifica cuantos árboles podrían morir, lo cual sería la consecuencia más grave y ahora se anticipa injustificadamente».

La oposición de una parte de la Junta Rectora de Parque Natural motivó una paralización momentánea del proyecto y una negociación con condicionantes mínimos que, a juicio de los conservacionistas, «se ha incumplido de la forma más absoluta y absurda».

Consell, ecologistas y vecinos habían pactado un compromiso de mínimos para que la tala fuera cuanto menos gradual, selectiva y se acompañara de medidas como la repoblación arbustiva y o el fomento de aves que se alimenten de muérdago sin propagarlo.

Papel mojado

Sin embargo, una parte de la Junta Rectora considera que estos compromisos quedaron en papel mojado y el número de árboles afectados fue «excesivo y sin ningún tipo de selección para salvar aquellos pinos sanos y rectos que no estaban afectados por el muérdago». Además, a su modo de ver, la conselleria tampoco ha cumplido la plantación de especies arbustivas que generan frutos y atraen la presencia de aves depredadoras del muérdago. «Han plantado un porcentaje muy reducido y buena parte de lo que han plantado ha muerto por una mala gestión».

Por otro lado, los grupos ecologistas Gecen y Acció Ecologista Agró mantienen incluso que el muérdago debería considerarse una parte más del ciclo natural de un bosque, dado que cumple su función y propicia una regeneración natural. Así lo explicó el portavoz de Gecen, Francisco González: «Todos los elementos del bosque tienen función y no se debería romper el ecosistema sin ninguna base científica».

Esta polémica se abordará días después de el Grupo para el Estudio y la Conservación de los Espacios Naturales (Gecen) haya criticado la tala de 700 pinos sanos de 150 años en el monte Bovalar de Vistabella, ubicado junto al Penyagolosa, para la posterior venta de la madera a un precio aproximado de 25 euros el pino centenario.

Ordenación de montes

La Conselleria de Medio Ambiente alega que se trata de «un proyecto de ordenación de monte con todas las autorizaciones legales para eliminar aquellos pinos más viejos que ya han cumplido su función». Por su parte, el Ayuntamiento de Vistabella adujo la necesidad de sanear cuentas en el momento en el que se pidió la autorización –hace 3 años– y una supuesta eliminación de muérdago que no fue corroborada por la conselleria.

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