Al Villarreal le falta gasolina

El Villarreal que jugó ante el Valencia fue superior en toda la primera mitad y en los primeros 10 minutos de la segunda. Presionó más, recuperó más balones, tuvo más ocasiones y más acierto, prueba de ello son los dos goles con los que se pusieron por delante en el marcador en el primer periodo. Pero tras el descanso, les faltó fuelle. Al submarino de la primera parte no se le habrían escapado los tres puntos, pero simplemente el bajón físico que experimentó el equipo de Molina en la según da mitad favoreció el empate de los ché. Y gracias, ya que de durar 10 minutos más el encuentro, probablemente se estaría hablando ahora de una derrota.

Es obvio que este equipo carece de una buena preparación física. Lo dicen los resultados y las múltiples lesiones que asolan al equipo, demasiadas para justificarlas únicamente por un golpe de mala suerte.

El Villarreal ha dejado escapar la victoria en las segundas partes de los últimos tres encuentros. Así, ante Osasuna en el Reyno de Navarra, en el último duelo de Liga del 2011, los amarillos se pusieron por delante en el marcador. Sin embargo, los navarros le dieron la vuelta al resultado en apenas cinco minutos, con sendos goles en el 74 y en el 81.

Tres días después, ante el Mirandés, un poco más de lo mismo. Los amarillos llegaron al descanso con un 0-0 que les daba el pase a octavos de final, pero en la segunda parte el conjunto de Segunda B dejó en evidencia al submarino, con goles de Pablo Infante en el minuto 60 y en el 87.

En estos dos encuentros, la falta de actitud mostrada por los futbolistas quizá escondieron el problema físico que realmente padecen.

Sin embargo, una vez mejorada la actitud con Molina en el banquillo, esta falta de gasolina se evidenció más que nunca ante el Valencia. Algo que reconocen los propios jugadores, quienes asumen que estaban fundidos en la última recta del encuentro.

El aspecto físico es para el nuevo técnico el principal problema a resolver, sobre todo para poder aplicar el sistema de juego que le gusta al valenciano, con mucha presión en la salida de balón del rival. Es por eso que Molina ha dado prioridad a este asunto, teniendo en cuenta también que con tantas lesiones es imposible tener nunca al cien por cien a la plantilla.

El nuevo preparador físico, Sergio Marty, que releva a Carlos Corverán, tiene ahora un gran trabajo por delante y les impondrá una mayor carga física durante los entrenamientos.

Marcha de Víctor Salinas

El problema de las lesiones es que muchos reinciden. Así, el martes pasado José Manuel Catalá, estaba ultimando su vuelta a los terrenos de juego tras una rotura fibrilar en el recto, cuando se le confirmó una rotura de menisco. Coincidencia o no, la semana pasada también dejó la disciplina amarilla el fisioterapeuta que llegó de la mano de Juan Carlos Garrido, Víctor Salinas.

Ahora sus funciones las acarreará José Luis Estellés, vinculado al club desde las categorías inferiores, junto a Fernando Granell y Alfonso Calvo. Un cambio que ojalá pueda mejorar la situación de la enfermería amarilla, aunque se antoja difícil. Ahora la primera premisa es poder recuperar a Marchena y Musacchio para visitar el domingo el estadio Vicente Calderón. Allí les esperará un rival cuyo técnico, el Cholo Simeone, también hace hincapié en la fortaleza física de sus jugadores, e impone un gran ritmo en su juego.

Será sin duda una prueba de fuego para el Villarreal, que no puede dejar escapar más puntos si no quiere ver cada vez más complicada la lucha por la permanencia, principal objetivo de a nueva era Molina.