La prolongación de la crisis económica está provocando verdaderos dramas sociales en la provincia de Castelló. Es raro el día que un trabajador no acabe en la calle o que una familia sea desahuciada de su vivienda al no poder asumir su hipoteca. Rebeca Galves, una vecina de Castelló de 30 años, ha de desalojar hoy su piso alquilado por impagos. El juez le ha ordenado abandonar la casa antes de las diez y media de la mañana, según ha alertado a este diario.

Esta joven tiene cuatro hijos de 10, 7, 2 y 1 años y está divorciada. Desde hace cinco meses está sin trabajo y en este tiempo no ha podido hacer frente al pago del alquiler. Además, hace un año dejó de cobrar una ayuda social. Con sus escasos ahorros ha priorizado la manutención de sus hijos. Asegura que al dueño le planteó abonar sus mensualidades poco a poco, pero este se negó y presentó una denuncia por impagos. Ha acudido sin éxito a los servicios sociales. Estos, afirma Gálvez, la han alertado que podría perder la custodia de sus hijos si se queda en la calle. "Estoy desesperada, no sé qué hacer" espeta la joven, que reclama al ayuntamiento que le facilite alguno de los "pisos que tiene vacío" hasta que encuentre un empleo. Hoy, por orden judicial, deberá irse de su vivienda alquilada y trasladarse al hogar de su abuela.