La inauguración el pasado martes de la remodelación de la plaza Santa Clara de Castelló contó con una nutrida presencia de autoridades. La consellera de Infraestructuras, el alcalde, diputados provinciales y concejales asistieron, entre otros, a la presentación de una reforma de 900.000 euros de coste. Esta actuación fue en la práctica una de las últimas inauguraciones de renombre que verá la ciudad en los próximos años.

Las nuevas inversiones en la capital de la Plana encaran una travesía en el desierto de dos años por la deficitaria situación de las arcas autonómicas y municipales. Las nuevas obras se limitarán a proyectos que la Generalitat arrastra desde hace años como la adecuación del colegio Benadressa, la ampliación del polideportivo de Gaetà Huguet y la línea 1 del Tram.

El anuncio de inversiones en megaproyectos de los años de bonanza ha pasado a mejor vida y las administraciones priorizarán en esta legislatura el pago de las deudas con sus proveedores y el saneamiento de sus cuentas.

Asimismo, el Plan Confianza, que ha promovido las últimas actuaciones en Castelló (ronda Oeste o adecuaciones de las plazas Mayor y Santa Clara), ya ha llegado a su fin.

El Ayuntamiento de Castelló ha pospuesto la ejecución de actuaciones con fondos propios a 2014. La existencia de remanente negativo en sus arcas le impide embarcarse en nuevas operaciones de deuda para financiar inversiones, y las infraestructuras que recoge su presupuesto de 2012 están limitadas a unas consignaciones de la Generalitat de dudosa ejecución por la crisis o están ligadas a una modalidad que está llamada al fracaso por la parálisis del ladrillo como la venta de suelo municipal.

Objetivo: cuadrar números

El alcalde, Alfonso Bataller, ya anunció en octubre que las inversiones locales quedarán en "stand by hasta que tengamos capacidad inversora". El objetivo de los munícipes populares hasta 2014 pasa por cuadrar sus números. Para ello, pretende acabar con el desfase entre ingresos y gastos y rebajar un 30 por ciento su deuda a largo plazo. Ha recortado en torno a un 5 por ciento los gastos corriente y en personal y ha aumentado siete tasas y el IBI, ha creado dos nuevos gravámenes y dos precios públicos.

Gaetà Huguet y Benadressa

Por su parte, la inversión en obra nueva de la Generalitat también será imperceptible. El Consell está acometiendo el mayor plan de ajuste de su historia y las inversiones autonómicas se ceñirán a proyectos que tiene pendiente con la ciudad desde hace años. Por ejemplo, en 2013 prevé poner en marcha la línea 1 del Tram (UJI-Grau), cuya apertura se previó primero en 201o.

El Gobierno valenciano también arrancará este año las obras de reforma del colegio Benadressa, una obra que viene proyectando desde 1995, así como la ampliación del Gaetà Huguet. En abril abrirá las puertas del centro de dependientes Gran Vía, cuya construcción finalizó en 2008. El centro de ocio juvenil en la Dávalos y la Ciudad de las Lenguas están en el aire por falta de financiación.

Castelló introduce el copago en servicios hasta ahora gratuitos

El Ayuntamiento de Castelló establecerá este año una especie de copago en algunos servicios municipales que hasta ahora han sido gratuitos, siendo la tasa de seguridad pública la más polémica, que comprende un gravamen a los actos sociales que se celebren en la vía pública y no cuenten con la colaboración o participación del ayuntamiento. La redacción inicial ha causado bastante polvareda y el consistorio se ha visto obligado a revisar su texto original para clarificar qué actos habrán de pagar. El primer texto incluía las salidas escolares y daba pie al pago por parte de las manifestaciones y procesiones. La modificación del ejecutivo local, que será abordada en el pleno de febrero, retira de esta tasa las manifestaciones, procesiones, salidas escolares y actos de las fiestas de la Magdalena, y recogerá fiestas de barrio, competiciones deportivas y pasos de caravana, siempre que no estén patrocinadas por el Ayuntamiento de Castelló. Pagarán 25 euros por policía/hora, 3,5 por un coche patrulla, 15 por la retirada de un vehículo y 245 euros por la realización de un informe de programación. Este tributo también contempla el pago por los trabajos de los bomberos en la limpieza de calzadas por un accidente o en el rescate de animales. Por su parte, el otro copago en servicios públicos se dará a través del precio público de prevención de incendios, que cobrará aquellos servicios no urgentes de los bomberos. Por ejemplo, el ayuntamiento recaudará cerca de 300 euros por la apertura de una vivienda y 97 euros/hora por el asesoramiento a empresas privadas e instituciones públicas por el asesoramiento en planes de emergencia. Por otra parte, el equipo de Alfonso Bataller cobrará la cédula de habitabilidad a las naves industriales. La tasa urbanística y el precio de prevención fueron aprobados en el pleno municipal del pasado viernes. j. mestre castelló