Desde hace casi veinte años, la empresa química de Castelló UBE ha llevado a cabo diversos proyectos y mejoras en su planta de El Serrallo por importe de unos 50 millones de euros, para mejorar la gestión y minimizar el impacto ambiental de su actividad. Una de las infraestructuras clave para ello es la planta de tratamiento de aguas residuales, unidad dotada de las mejores técnicas disponibles ya la que se le presta una supervisión continua, aplicando medidas operativas y mejoras que permiten optimizar día a día su funcionamiento.

En el ejercicio 2013, por ejemplo, se mejoró su sistema de recirculación, se continuó la optimización de su proceso biológico con el fin de asegurar las necesidades de oxígeno del tratamiento de depuración, aplicando en ocasiones bacterias liofilizadas, además de instalar sondas y otros sistemas instrumentados que permiten controlar de manera continua el funcionamiento de la planta de aguas.

Adicionalmente, con el objetivo de minimizar la generación de aguas residuales y el consumo de recursos naturales, en 2013 se puso en marcha una unidad de ósmosis inversa que, aplicando por primera vez en Europa una tecnología de membranas de última generación, permite un ahorro del 5 % en el consumo de agua de entrada a la fábrica de UBE.

Asimismo, en diferentes áreas de la fábrica se aplican continuamente medidas de optimización que permiten reducir el consumo de energía en el proceso, contribuyendo al ahorro de emisiones de gases de efecto invernadero. Se consigue de esta manera que determinadas unidades de la planta operen con menor utilización de vapor de agua, reduciendo por tanto el consumo de energía eléctrica requerida en su generación.

Como ejemplo de ello, una de las unidades de fabricación de fertilizantes más reciente incorpora un sistema de recirculación de vapores comprimidos con un ahorro de consumo eléctrico estimado que equivaldría a la generación de 20.000 toneladas de CO2 por año.

Por otra parte, la empresa continúa con el proyecto de expansión de la planta de poliamidas anunciado en 2012, que supondrá un aumento de la capacidad productiva hasta las 30.000 toneladas anuales y se prevé que pueda estar en funcionamiento a comienzos del próximo año, con el fin de satisfacer la creciente demanda de nylon para película de alto valor añadido, de utilización en el envasado de alimentos, para los mercados europeo, norteamericano y latinoamericano.

Avance en la productividad

Según Javier Miguel, director de Responsabilidad Social Corporativa de la empresa, «los proyectos de inversión incluidos en el actual plan a medio plazo de UBE no sólo suponen un importante avance para el aumento de la productividad en la fabricación del nylon, lo que mejorará la competitividad y el futuro de la fábrica, sino que, como empresa responsable, nos traerá la integración de tecnologías aún más seguras y orientadas a la protección ambiental de nuestro entorno, en concordancia con las aspiraciones de la sociedad y los principios de responsabilidad social empresarial del grupo en todo el mundo».

Un aspecto adicional dentro de las actividades de UBE como empresa responsable fue la reciente contribución al programa «Impuls@-t» organizado por el Servef y dirigido a desempleados de larga duración, con el objetivo de proporcionar nuevas herramientas para la búsqueda de empleo, y que las personas que participaran en las sesiones salieran reforzadas con nuevos conocimientos y mayor motivación, mediante un sesión colectiva de coaching.

El pasado 3 de junio en la sesión celebrada en Castelló con participación de más de 120 personas desempleadas, un experto del departamento de Recursos Humanos de UBE compartió con los asistentes ideas y puntos de vista acerca de cómo optimizar las posibilidades y enfrentarse a un proceso de selección real en un entorno tan competitivo como marca la actual situación económica, animando a los participantes a preparar adecuadamente el currículo y realizar un análisis de las propias fortalezas, debilidades y puntos de oportunidad en el mercado laboral.