«El impacto de las fiestas es de más de 2,5 millones de euros»

¿Cómo afronta las fiestas?

Tranquilo y contento, sobre todo, con la labor de la Junta de Festes. Han demostrado que se puede confiar en ellos, incluso, en momentos de mucha dificultad económica.

Javier Serralvo se estrena encabezando el área. ¿Por qué él como nuevo concejal de fiestas?

Javier tiene talante y una relación muy estrecha con las entidades festivas. Es de peña de toda la vida y conoce las tradiciones desde dentro. Además, aporta conocimiento y una visión global al haber sido portavoz del equipo de gobierno y concejal de Hacienda en los cuatro años más difíciles para la ciudad. Esto le permitirá continuar optimizando los recursos con seriedad. Es la persona más adecuada en estos momentos. De todos modos, el concejal nunca ha de ser el protagonista de las fiestas.

¿Cómo se presenta la semana?

Continúa en la línea de intentar cubrir las expectativas de todos los públicos. Queremos que todos, sean de peña o no, puedan disfrutar de las fiestas. Hemos incorporado algunas mejoras como el traslado del 'sopar de veïns' a la avenida La Murà, como un espacio de convivencia próximo a la Plaza Mayor. También tendremos un Holi Festival que tanto están de moda ahora?

Usted siempre se ha mostrado como un defensor de los actos taurinos. ¿Cómo ve la propuesta de ley de incorporar veterinarios en los recintos?

Tengo dudas. Creo que ésta es una de las medidas que encarecerán las fiesta hasta el punto de que al final no se podrá hacer. Si se establecieran cuotas asumibles quizás no iría mal pero tal y como se está planteando ahora el debate no me gusta. El único elemento que creo que puede aportar el veterinario es la decisión de sacrificar el animal de forma inmediata porque tiene algún problema y, a veces, los toros no están en condiciones ni siquiera de ser arrastrados por la cuerda. En cualquier caso, hay que buscar el consenso pero quien esté en contra de los toros, que lo diga abiertamente.

¿Qué impacto económico dejan las fiestas en la ciudad?

Tenemos un estudio que se realizó sobre las peñas que forman parte de la Comissió de Penyes y el impacto era de más de un millón y medio de euros durante toda la semana de fiestas. A eso hay que añadir lo que representa el presupuesto municipal, que contratamos al máximo de empresas locales posibles, y lo que se gastan las peñas que no forman parte del circuito oficial y las familias. En total, podemos estar hablando perfectamente de más de dos millones y medio o, incluso, de tres millones de euros. Las fiestas, sin duda, son un importante motor económico para la ciudad.

¿Cuáles cree que son los valores que diferencian estas fiestas de las del resto de la provincia?

Es difícil encontrar algo porque compartimos muchos elementos en común pero creo que la apertura hacia los visitantes de fuera y la solidaridad nos diferencian incluso de municipios vecinos. Las actividades se incluyen en el programa oficial de fiestas y están abiertas para todos. De hecho, es lo que buscan las peñas, tener el máximo ambiente. Por otra parte, tenemos muchos actos solidarios. Las peñas aprovechan un 'porrat' o cualquier otra actividad para ayudar a las entidades sociales de la ciudad.

Los actos religiosos son parte fundamental. ¿Qué le parecería separarlos de la agenda?

No me preocupan mucho los debates que dependen de cada ciudad, además, creo que son debates que la gente no nos está pidiendo. Algunos confunden laicismo con anticlericalismo. A mí esto me molesta como católico y creyente. Encima, la confesión religiosa es absolutamente mayoritaria y representa el 95 % de nuestras tradiciones. Mientras tenga responsabilidad política, continuaré asistiendo a estos actos, estoy en mi derecho. Y no olvidemos que las fiestas se celebran en honor a la Verge de Gràcia y a Sant Pasqual.