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Quince horas de cola para ir a Gavà

Numeroso aficionados del Castellón pasan la noche en Castalia para conseguir una de las 250 entradas que el club pone a disposición de sus socios - Organizan una lista y a las 8 ya solo quedaban cinco entradas - Las taquillas abren a las 10

Quince horas de cola para ir a Gavà

Rubén Montes es un apasionado del CD Castellón y el tatuaje que lleva en su gemelo con el escudo del club albinegro así lo evidencia. Ayer, cuando se enteró de que tan solo iban a haber 250 entradas para el partido de Gavà y que estas se ponían a la venta hoy a las diez de la mañana, no dudó en coger una silla de playa, movilizar a sus amigos y plantarse en Castalia para hacer cola toda la noche.

Eran las 19 horas y, conforme avanzaba la tarde, fueron más los socios del club albinegro que fueron acercándose hasta el estadio a pasar la noche. A Rubén le acompañaban Víctor y Ramón Bastante, Sergio Rubio y Sonia Villalba. Ellos incluso tuvieron que dejarse a sus respectivas hijas -Nahia y Lledó- con los abuelos para ser de los pocos aficionados albinegros que el domingo animarán al Castellón desde la grada de La Bòbila. «Podían haber dado más entradas porque el campo no lo van a llenar y así habríamos ido más seguidores desde aquí», lamentaban.

Y es que el Gavà ha cedido 350 entradas al Castellón -la capacidad de su campo es de 2.500 espectadores-, pero el club se queda un centenar para sus compromisos con patrocinadores y con los jugadores y pone a la venta hoy, a partir de las diez de la mañana, las restantes. Eso sí, pocas quedarán porque los aficionados han hecho una lista esta noche y se han ido apuntando, y a las ocho de la mañana tan solo quedaban cinco entradas libres porque la cola llegaba ya hasta las puertas del propio estadio.

Rubén recibió ayer el agradecimiento del presidente del Castellón, David Cruz, quien le aseguró que el equipo iba a hacer todo lo posible por subir. «Hay que subir como sea y creo que ganaremos 0-1 o 1-2, así podremos celebrarlo allí con los jugadores y también aquí a nuestra vuelta», presagiaba Rubén.

Junto a ellos también se encontraba Gonzalo González-Espresati, padre de un jugador del filial y quien en un primer momento había pensado ir a Castalia después de cenar pero al ver que había ya gente esperando cogió el portante y compartió la jornada con el resto de seguidores albinegros. «Mis hijos están estudiando, así que pasaré yo la noche y ya por la mañana igual viene alguno a hacerme el relevo», explicaba.

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