Lo intentó de todas las formas posibles y claro, al final se dio con la combinación para abrir la caja fuerte de la portería de L'Hospitalet. En el minuto 80, cuando el partido enfilaba la recta final y las prisas se querían apoderar de los futbolistas del Villarreal B, llegó el centro desde la derecha de Carlos Martínez y el testarazo de Carlitos López a lo Santillana acabó con el balón al fondo de las mallas. Por fin. El acoso era constante, aunque poco claro, y ese remate de cabeza fue suficiente para ganar el partido ante un rival que dispuso de las mejores ocasiones de gol, entre ellas un lanzamiento al palo de la portería amarilla, en el minuto 62 y con 0-0.

El desarrollo del partido fue el de siempre para el filial amarillo: dominio, toque, juego rápido y vistoso. Faltaba saber cuál iba a ser el desenlace del duelo contra un rival franjirrojo que no dio ninguna facilidad a los muchachos de Paco López. El preparador valenciano introdujo alguna que otra novedad en el once. Prescindió de Edgar Ié en el lateral diestro y situó allí al capitán Felipe Afonso. Y en los dos carriles dos poco habituales en los onces; José Carlos Lazo (izquierda, para suplir al sancionado Aitor Cantalapiedra) y Javi García (derecha, donde habitualmente actúa Dani Raba).

Con todo ello el monólogo fue intenso. Sin llegar a encerrar a L'Hospitalet en su área, pero sí que tuvo el balón y el control del partido el conjunto de la Plana Baixa. Eso sí. Las dos mejores ocasiones fueron para los del Baix Llobregat. Dos contras que sembraron de pánico las gradas del Mini Estadi. La primera fue muy clara en el minuto 25 con una escapada de Rubén López 'Rubio' que se quedó sólo ante Ander Cantero y su disparo salió lamiendo el palo derecho del meta navarro. Y en el 37 una jugada liada en el área amarilla en la que Salinas se la dejó a Porcar y su disparo lo atajó el meta Cantero.

Con ese 0-0 y con la sensación de que se podía haber hecho algo más se llegó al descanso. Y fue llegarse al intermedio y empezar a llover a cántaros sobre la Ciutat Esportiva Miralcamp. Paró y arrancó el segundo tiempo con dos novedades en el once. Se quedaron en el vestuario los dos extremos (Javi García y José Carlos Lazo) y Paco López dio entrada a un lateral (Edgar Ié, subiendo Felipe a la posición de extremo) y a un delantero (Mario González) para jugar lo más parecido a un 4-3-3. Todos al ataque.

Apretó el filial, que pudo marcar en los minutos 57 y 60 en botas de los Carlos (primero López y después Martínez), pero el que tuvo la ocasión más clara fue el atacante alicantino Rubio que en el minuto 62 estrelló el cuero en el palo izquierdo de la portería de Ander Cantero. Quedaba tiempo. Sólo hacía falta un gol. Pero el cronómetro avanzaba a marchas forzadas y la precipitación empezaba a revolotear por la Ciutat Esportiva.

Pero en el minuto 80 se le abrió el cielo al Villarreal B. Carlos Martínez cayó a la banda derecha, desde donde hizo un centro largo al punto de penalti donde Carlitos López, subiendo rematando como una exhalación, envió el cuero al fondo de las mallas. Era el 1-0 y tocaba jugar con cabeza. Se tenía que añadir mucho tiempo y el descuento siempre había gastado malas jugadas a los muchachos de Paco López.