El Ayuntamiento de Vila-real derivó el año pasado 18.985.200 kilos de basuras domésticas y otro tipo residuos para su tratamiento y eliminación en la planta de la empresa pública Reciplasa, de cuyo consejo de administración forma parte el consistorio. Esta cifra supone más de mil toneladas más de residuos de los generados hace apenas cinco años, con 17.966 toneladas gestionadas en 2013. Desde el año 2011, la media de basuras de Vila-real derivadas a la planta de Onda se ha situado en 18.493.243 quilos, con casi 111.000 toneladas tratadas.

Los residuos derivados a la estación de Reciplasa proceden tanto de la recogida domiciliaria como de mercados, limpieza viaria, residuos clínicos, voluminosos o recogida en ecoparque. El principal volumen de deshechos procede de las basuras domésticas, con casi 103.000 e de las 111.000 toneladas gestionadas desde 2011. En el primer trimestre de este año, la recogida domiciliaria ha derivado ya a la planta de Reciplasa 4.327.240 quilos de basuras de los 4.593.960 generados en total.

«El tratamiento de los residuos es uno de los principales retos a los que nos enfrentamos los municipios y así lo avala también el balance de los últimos años, con un incremento significativo y sostenido de las basuras generadas que llevamos a Reciplasa para su correcto tratamiento y eliminación», señala el alcalde de Vila-real, José Benlloch. «Este crecimiento, en torno a 400.000 quilos al año, unido a las exigencias cada vez mayores de las leyes al respecto y a las dificultades surgidas en la planta de tratamiento de Onda, han supuesto en los últimos años un encarecimiento importantísimo del coste de la gestión de basuras», recuerda el primer edil.

En concreto, el importe de la eliminación de residuos se ha encarecido en 630.745 euros, pasando de 1.052.548 euros en 2012 a los 1.602.802 de 2016 o los 1.683.293 euros previstos en 2017.

«A diferencia de otros municipios, en el caso de Vila-real no disponemos de una tasa específica de basuras, por los que este encarecimiento no repercutido directamente en los vecinos. Por eso, sumado a la obligación de hacer frente a la factura de la herencia, sentencias y empastres del PP, después de haber mantenido congelado el IBI y bajar la contribución un 10% en 2014, este año hemos tenido que ajustar los recibos», recuerda Benlloch.

«El ritmo de vida, los hábitos de consumo, el incremento de la población o la actividad económica tienen un gran impacto en la generación de residuos. Desde las instituciones, debemos dar respuesta a la situación y garantizar el correcto tratamiento y eliminación de las basuras, porque de ello depende también la sostenibilidad de nuestro desarrollo y las generaciones futuras. Evidentemente, eso cuesta dinero», apunta el alcalde. Desde el año 1994, Vila-real forma parte de la empresa pública Reciplasa, junto con los municipios de Almassora, Benicàssim, Betxí, Borriana, Castellón, l'Alcora y Onda, donde se ubican las principales infraestructuras de tratamiento y eliminación de residuos.