Se aferró al punzón de Serra en el primer tiempo y a la barraca clásica en el segundo. El Castellón no quiere que se le escape la Liga y ayer sumó en Silla tres puntos trabajados, grises y valiosos a partes iguales. Marcó un gol y no encajó ninguno para ir curando heridas mientras arregla lo que debe arreglar. Frank Castelló se agarra al banquillo con uñas y dientes; las mismas uñas y dientes que clava el Castellón en el campeonato, quinto, a un paso del Olímpic que es cuarto, y que visitará el domingo el estadio Castalia.

Ayer en Silla, Javi Serra fue alfa y omega de la decisiva primera mitad. La producción ofensiva del Castellón se volcó a los dominios del extremo diestro, quien mejor se adaptó al campo, al viento en contra y a la debilidad defensiva del lateral rival. Todo fue Serra en ataque: en el minuto 6 reclamó un penalti tras una arrancada seca de esas tan suyas, en el 18 tensó un centro que cabeceó Fonte a las manos del meta Lucas y en el 22 se perfiló para zumbar de zurda un disparo que llevaba buena pinta, pero desvió un central con la testa a córner.

Más o menos entonces se lesionó el central Enrique, bien suplido luego por Guinot, y el Silla aprovechó esos minutos de superioridad numérica para tomar aire. Los locales orientaron sus intentos hacia el flanco del lateral Juanjo. Por ahí cobraron algún córner y por ahí emanó algo similar a una oportunidad: una diagonal de Ubach que repelió Zagalá. No hubo muchas ocasiones, pero aún quedaba antes del descanso la última. Valió el 0-1.

La jugada se alumbró en el minuto 45, y fue lo más parecido a una combinación. Marenyà rompió una línea y conectó con William en la zona de tres cuartos. William estiró la jugada a la banda, donde Juanjo templó un centro que se envenenó desviado por un central. En el segundo palo, Serra voleó el gol a la red.

Fue esa la segunda aparición de William, que había dejado otra pincelada pasada la media hora, en un maniobra con pase interior que dejó a Fonte en el área en buena posición. La jugada quedó en nada, pero dejó ver la virtud del brasileño, ofrecida aún a cuentagotas con la elástica del Castellón.

Segunda parte

Por contra, William supone defender con uno menos. Por ahí percutió otra vez con descaro el Silla, que se volcó en busca del empate. El Castellón trató de reducir el peligro doblando la banda con Ferreres, pero solo la entrada de Rubio en la mediapunta, lanzado por robos altos del incansable Marenyà, desahogó por momentos el agobio. Los albinegros bajaron al barro sin rubor y entre despejes, balonaes y descaradas pérdidas de tiempo se conquistó la cima del minuto 95. Faltó que alguien sacara una bandera y la clavara en medio del campo.