Metidos ya en la semana de la pasión y muerte de Jesucristo, hoy queremos detenernos en algunos rituales de tiempos de aquel pasado, no muy lejano, cuando estaba mal visto entrar en un cine o comer carne y se tenía que ir a visitar los «Monumentos» en número impar. Lo hacemos de la mano de Àlvar Monferrer, quien realizó un pormenorizado repaso del calendario litúrgico y del costumbrario del interior castellonense, lugares que conservaron la esencia de la tradición. Según explica el antropólogo de Les Useres, el ciclo pascual arrancaba con el Viernes de Pasión con la Processó de les Esclaves. Éstas eran siete jóvenes, una por cada dolor, que ese día hacían la promesa de vestir durante dos años un hábito negro, no salir de fiesta y no «festejar per les cantonades», y cuidarse del altar de la Virgen. Después venía Rams, el Divendres Sant, el Dissabte de Glòria, el Diumenge de Pasqua y Segon Dia, y, como quién no quiere la cosa, el milagrero Sant Vicent.

También el recuerdo fecundo de los hoy octogenarios Sanchis Cardona y Montañés Muriach, nos devuelven el eco de algunas tonadas propias de la religión oficial y otras, más oficiosas. Valgan como ejemplo los versos que entonaban los cantores del Rosario de la Aurora (que no acabó bien): «... y un cristiano por ir al Rosario,/ de la ventana se quiso tirar/ la virgen María le dijo/ detente y por la ventana sal. Ave María, muera el pecado». Los mismos beatos versionaban aquella melodía con recriminaciones hacia los que preferían no asistir a sus rezos matutinos: «Un cojo no iba a misa por estar cojo,/ pero a la taberna va poco a poco. Ave María, muera el pecado». Otra, entre otras, la cantaba Senteta, la «Resaora» en la Pobla. Esta mujer, que era ciega, contaba con un amplio repertorio para todo tipo de celebraciones. Una decía así: «Caminemos, Magdalena,/caminemos al Calvario,/ que por pronto que alleguemos/ ya lo habrán crusificado». Que encontraba su réplica más pagana en los versos: «Les parets eren de sucre,/ els bancals, de codonyat/cada mosca que pasava/ se´n fotia la meitat». Y hablando de versiones libres, hubo un fiel descreído que en alusión a una de las clavariesas de la procesión de «les Esclaves», soltó: «Eixa xica és nolmal que ixca d´esclava, es què

es clava en tot!!!».