De «irresponsables» tildan desde Ecologistas en Acción la época escogida y las medidas adoptadas para la restauración de la torre campanario de la iglesia Sant Miquel Arcàngel de Canet lo Roig. Según el colectivo ecologista, no se ha tomado ninguna medida para proteger a las especies que anidan en la torre, algo que resulta una «temeridad» que podría suponer la muerte de cientos de pollos de vencejo común, ya la época de cría se establece de abril a finales de julio, como indica su portavoz, Quique Luque.

El portavoz ecologista sigue explicando es «lamentable que por parte del Ayuntamiento se desconozca donde crían las especies beneficiosas tanto de aves como de mamíferos», ya que a su juicio «deben otorgar permisos de obras y rehabilitaciones que pueden afectar, como puede este ser el caso, a especies protegidas por ley, además de la vulneración y la pasividad ante sus obligaciones legales y medioambientales». Luque indicó además que se ha puesto en contacto con la alcaldesa de este municipio y con el director territorial de Medio Ambiente para que tomen medidas urgentes de la retirada de la tela y paralización de las obras.

En este sentido, existe un precedente en la restauración de la iglesia de Benicarló y también en la de Vinaròs. En aquella ocasión se tuvieron que paralizar las obras e instalar medidas correctoras, ya que se tapaban grietas y agujeros utilizados por estas especies fisurícolas cono vencejos, cernícalos o murciélagos. Las medidas correctoras, como explica el portavoz de los ecologistas, suelen ser dejar huecos o colocar cajas nido. «En la iglesia de Sant Bertomeu de Benicarló están en la parte sur», señala. Luque añade que «es una irresponsabilidad por parte de la empresa que ejecuta las obras y de aquellos agentes que han otorgado los permisos, así como de aquellos que deben revisar el cumplimiento de los condicionantes de la obra».

En efecto, desde el consistorio indican que la licencia de obras se pidió el día 22 de mayo, y que fueron aprobadas el día 6 de junio. Las obras debían acometer una rehabilitación parcial de la torre campanario. El permiso de ejecución tenía un plazo de seis meses. La empresa empezó las obras tras aportar la documentación precisa y un permiso de la administración correspondiente. Las obras debían iniciarse con urgencia porque había existido algún desprendimiento y la calle adyacente se mantuvo cortada con vallas durante 15 días, según han explicado desde el consistorio. La licencia otorgada ala empresa no exime de tener que solicitar permisos a otras administraciones implicadas, por lo que el ayuntamiento se exime de cualquier tipo de responsabilidad.

Luque remarca que este tipo de actuaciones en época de cría están prohibidas «las haga quien las haga» y reitera que el consistorio «no puede eximirse de responsabilidades pues están realizadas dentro de su casco urbano».