La localidad de Benicàssim realiza ya sus propios análisis del agua del mar para contar con información puntual sobre el estado de las playas y la idoneidad o no para el baño después de la última prohibición que afectó al municipio el pasado domingo.

El consistorio mostró su malestar por el hecho de que el resultado de la presencia de la bacteria E.coli en el agua de cuatro de sus cinco playas llegara al consistorio vía correo electrónico el viernes 17 de agosto, cuando ya no había ningún funcionario trabajando para recibir ese resultado, que indicaba que se debía prohibir el baño en esas playas.

El ayuntamiento de la localidad tuvo conocimiento del resultado negativo en su playas (excepto la de Voramar) por una llamada de la alcaldesa de Cabanes, localidad en cuya playa también se habían detectado indicios de la presencia de E.coli, así como en las de Orpesa (menos la Concha).

La llamada se produjo ya en domingo, por lo que los usuarios de la playa se estuvieron bañando en ella hasta ese momento, en el que se izó la bandera roja y se informó con paneles de la causa.

Según han explicado fuentes del ayuntamiento a EFE, a partir de esta semana ya se están realizando análisis propios del agua, al margen de los de que realiza la Conselleria semanalmente, para tener información puntual sobre el estado del agua.

Las mismas fuentes han señalado que se seguirá atendiendo a las indicaciones de la Conselleria de Medio Ambiente, pero de este modo se podrá conocer antes.