“La historia de la ciudad de Segorbe de estos últimos quinientos años no se puede entender sin su unión a María Santísima de la Cueva Santa. Desde la aparición de la Virgen y la progresiva formación de la cueva en santuario, nuestra ciudad y su obispado han mostrado profundo respeto e interés, conscientes de la importancia que tiene el hecho trascendental de que María haya bendecido nuestra Diócesis con su presencia. En 1622, la ciudad de Segorbe, inició una costumbre que perduró siglos y que se convirtió en una de nuestras tradiciones más relevantes, el hecho de trasladar la imagen de la Virgen de su cueva a la catedral con motivo de calamidades diversas, principalmente la falta de lluvia”, dijo Néstor Morente y Martín en el acto de presentación de su libro “Ntra. Sra. De la Cueva Santa, Patrona de Segorbe”, celebrado en la Parroquia de Nuestra Señora “de la catedral de Segorbe”.

Asistieron autoridades civiles y eclesiásticas y fue anfitrión el párroco y canónigo el canónigo José Manuel Beltrán. El libro es obra del joven investigador segorbino Néstor Morente y Martín, doctor en Historia del Arte, especialista en el Patrimonio histórico Artístico de la II República Española, la Valencia Republicana y en Vicente Alfaro, alcalde republicano en 1931-32. de Valencia, además de miembro de la Asociación Valenciana de Críticos de Arte y en la actualidad investigador del Ayuntamiento de Valencia como ganador de la Beca Vicente Blasco Ibáñez 2021-22.

Después de 600 años de la historia de la Cueva Santa, por primera vez, se publica un libro dedicado a esta advocación mariana como Patrona de Segorbe. El libro, joya bibliográfica en su fondo y forma, lleva portada diseñada por los artistas José Luis Ceballos y Francisco Sanabria, ganadores hasta 11 veces de la Falla Municipal Infantil de València. Se trata de un libro fílmico, muy visual, muy pictórico que concatena los más variados dibujos, grabados, fotografías y documentos de los que ha hecho acopio su autor a lo largo de varios años. De nuestra época contiene el rostro de la Virgen de la Cueva Santa interpretado por artistas como Ripollés o David de Limón. La obra está prologada por el sacerdote Juan Andrés Talens, de la Parroquia anfitriona, y dedicado a su madre Pilar Martín Piquer y a la ciudad de Segorbe.

En su intervención, el autor dijo: “Hace ya unos cuantos años que quería publicar este libro dedicado al culto mariano más relevante de la ciudad de Segorbe y su Diócesis, un libro que intenta recopilar todo el cariño y devoción expresado a Nuestra Señora de la Cueva Santa, desde y hacia la ciudad de Segorbe, por personas devotísimas a lo largo de los siglos, son como voces que llegan desde el pasado para explicarnos la importancia que ha tenido en nuestro pueblo este culto. Pues la historia de la Cueva Santa no se puede entender sin Segorbe y la historia del último medio milenio de Segorbe sin la Cueva Santa”.

Néstor Morente, autor del libro.

 Citó a Ernesto Bonet quien afirmaba que  “Segorbe, es una gran ciudad donde se ama a Dios, donde se le adora y donde se le rinde culto. Pero el fenómeno que hace vibrar colectiva e individualmente a los segorbinos, en este sentir, se llama y es la Virgen de la Cueva Santa·, que tenía especial veneración en el convento de las Agustinas Descalzas, “las monjas encerradas” en la Iglesia de San Martín, … Qué pena que este bendito lugar esté cerrado, sin culto y sin orden religiosa. Un lugar estrechamente relacionado con nuestra historia de la Cueva Santa, pues fue aquí donde se produjo una curación milagrosa a una de las religiosas tras invocar a esta advocación; es también en este convento donde se produjo el que podemos considerar el primer caso poltergeist documentado en España, ocurrido en 1726, y que la presencia de la Sagrada Efigie de Nuestra Señora de la Cueva Santa durante el 11º traslado a Segorbe, puso fin a las desgracias producidas por este fenómeno que llegó a producir incluso la muerte de varias de las religiosas. Pero también fue este santo lugar, el primero que custodió el culto a la Cueva Santa en Segorbe fomentado por la histórica Cofradía de Mancebos fundada en 1680 hasta que posteriormente la imagen de la Virgen se ubicó en la Iglesia del Seminario hasta nuestros días.”

Un momento de la presentación del libro.

“En lo que respecta al origen de la Virgen de la Cueva Santa -dijo- , también he querido que este libro sea un medio sencillo para comprender lo que sencillamente pasó, y que a lo largo de los siglos, con las diversas y repetidas versiones sobre el origen de esta imagen, lo único que se ha conseguido es que ni se comprenda y ni se explique correctamente el fenómeno de este santuario”. El libro es una colección documental y pictórica sobre la Virgen de la Cueva Santa cuya devoción está muy arraigada en la zona y antaño “en todos los lugares del Reyno”. Según Carlos Sarthou Carreres, “Cuenta la tradición que se apareció una Señora a un inocente pastor, manifestándole que encontraría su imagen en la cueva del latonero”

Virgen aparecida

“Nuestra Señora de la Cueva Santa, no es una imagen encontrada o hallada como es el caso del Lidón de Castellón entre otras muchísimas, ni construida ex profeso para una finalidad mariana como es el caso de la Mare de Deu dels Desamparats. Lo que ocurrió en la Cueva Santa, es una aparición de la Virgen, y esto, es lo que la hizo singular de entre todos los lugares marianos del Reino de València. No podemos restarle importancia a un fenómeno tan transcendental como el hecho de que la Virgen se aparezca, a confundirla con un hallazgo, comentó Morente.

“La Virgen de la Cueva Santa, merece de buenos historiadores, para que no se pierda la importantísima esencia de su origen. Un origen que se remonta a hace seis siglos, cuando los cartujos de Vall de Crist, según costumbre conocida desde origen de esta cartuja, realizaban pequeños medallones o escapularios en yeso con la imagen de la Virgen para regalarlos a las gentes que por allí pasaban. Uno de estos pastores colocó una imagen de la Virgen en una roca, y a ella le rezaba y le llevaba flores. La imagen fue fabricada por Fray Bonifacio Ferrer”, agregó.

 “Una de estas personas, probablemente un pastor, la dejó en la entonces Cueva del Latonero… en las inmediaciones de este santo lugar, se apareció la Virgen María hace cinco siglos a otra persona indicándole el lugar exacto donde había una imagen suya olvidada. Esto parece ser que sucedió a comienzos del siglo XVI, y es muy relevante el dato de la aparición, que no hallazgo, porque incluye a este santuario mariano en los santos lugares que la Virgen María ha ido escogiendo a lo largo de los siglos para darnos un mensaje o simplemente para recordarnos que Ella está entre nosotros como en el Pilar de Zaragoza, Lourdes, Fátima y otros lugares bendecidos por esta gracia. “

Portada y contraportada del libro.

“Está documentada la aparición de la Virgen en su advocación de la Cueva Santa en 1643 en esta ciudad de Segorbe a un joven herido de muerte por un toro, al que se le apareció por la noche diciéndole “sé bueno” y quedó curado al instante. Este joven, Jacinto Cabañes, dejó narrado su testimonio y como vio a la Santísima Virgen en aquella aparición, siendo estas palabras “sé bueno”, las únicas que conocemos dichas por la Virgen de la Cueva Santa hace casi cuatro siglos en nuestra querida ciudad de Segorbe” refirió.

 La Cueva Santa y Segorbe

Y añadió: “La historia de la ciudad de Segorbe de estos últimos quinientos años no se puede entender sin su unión a María Santísima de la Cueva Santa. Desde la aparición de la Virgen y la progresiva formación de la cueva en santuario, nuestra ciudad y su obispado han mostrado profundo respeto e interés, conscientes de la importancia que tiene el hecho trascendental de que María haya bendecido nuestra Diócesis con su presencia. En 1622, la ciudad de Segorbe, inició una costumbre que perduró siglos y que se convirtió en una de nuestras tradiciones más relevantes, el hecho de trasladar la imagen de la Virgen de su cueva a la catedral con motivo de calamidades diversas, principalmente la falta de lluvia.”

Acabó recordando que en 2022, “se cumplirá el 400 Aniversario de aquel primer traslado de la Santa Imagen a Segorbe, lo que originó el rezo de novenarios, el canto de gozos e himnos a la Virgen, así como la formación de nuestras propias fiestas, pues las fiestas de la ciudad de Segorbe radican en su culto a Nuestra Señora de la Cueva Santa. Y es que Segorbe, desde tiempo inmemorial, ha aclamado a la Virgen de la Cueva Santa como su Patrona, y son muchas las pruebas y testimonios de fe que nos ha ido dejando este culto en nuestra ciudad. “