Las supuestas mordidas y el amaño del contrato de la basura que el Ayuntamiento de Calp firmó en febrero de 1988 con la empresa Colsur, de Ángel Fenoll, llegan ahora a juicio. Han pasado nada menos que 33 años. Los implicados empezaron a declarar en el juzgado de Dénia en 2011. Todo ha ido tan lento que hay que hacer un gran esfuerzo de memoria para recordar la enorme sacudida de aquellas grabaciones realizada por el propio Ángel Fenoll en las que contaba junto a Francisco Artacho, cuñado del exconcejal del PP Juan Roselló e intermediario en esta trama (una pieza del caso Brugal) y en la del fraude de las obras del agua de Calp, los billetes de los 600.000 euros de los sobornos que presuntamente pagó el empresario.
Además, de los citados Fenoll, Artacho y Roselló, para el que el Fiscal pide la pena más alta, 14 años de prisión, están procesados el exalcalde de Calp por el PP, Javier Morató (el Fiscal le solicita 10 años de cárcel), el exedil de Contratación, la esposa de Roselló, un funcionario municipal y el hijo de Fenoll. Se enfrentan a penas de prisión que oscilan entre los dos y los 14 años. Están acusados de delitos continuados de cohecho, prevaricación, malversación y blanqueo de capitales.
El juicio arranca en la Audiencia de Alicante el próximo jueves 21 de enero. Se prolongará durante nueve sesiones más (los días 16, 17, 23 y 24 de febrero y 2, 3, 9,10 y 16 de marzo). Hay mucha tela que cortar. La instrucción ha durado nada menos que 20 años. Y los hechos se produjeron hace 33. El entonces gobierno del PP, que lideraba Javier Morató y en el que se movía a sus anchas el a la sazón concejal de Aguas y diputado provincial Juan Roselló, proclamó que con el contrato con Colsur Calp se olvidaba de la basura, que el empresario trataba en una planta situada en la falda de la Serra d’Oltà y se llevaba en camiones a un vertedero de Abanilla, en Murcia.
Los políticos procesados que ahora se sentarán en el banquillo amañaron supuestamente el contrato a cambio de mordidas, que negoció Artacho. El empresario se hacía con el contrato de la basura y tenía vía libre para engordar las facturas que pasaba al ayuntamiento. La báscula de la planta de Calp estaba supuestamente manipulada. Incluso no funcionaba y se pesaba a ojo. El fraude rozaba los 12 millones de euros. Pero como el ayuntamiento se retrasaba bastante en los pagos, al final, según la investigación, el perjuicio causado a las arcas municipales fue de unos 4,2 millones de euros.
Los investigadores detectaron que durante los años del supuesto soborno Roselló y su esposa amasaron un ingente patrimonio. Adquirieron inmuebles por valor de 2,2 millones de euros.
Ahora se juzga una época de mayorías absolutas del PP en Calp ensombrecida por supuestas corruptelas. El otro caso, el del fraude del agua, también está a puertas de juicio. El juez ha impuesto una fianza de 1,7 millones a los implicados. Roselló y su cuñado están acusados de urdir la trama de obras infladas y subcontratas.
