El puente que conecta Manises con Paterna sobre el río Túria se ha convertido en una obra de referencia para la arquitectura, al ser el primero que se ejecuta del hormigón reciclado que tenía el anterior. No obstante, también ha sido uno de los proyectos que mayor agujero ecómico ha causado a las finanzas de la Diputación de Valencia, ya que la gestión de todo el proceso -arrancó en 2006 y se inauguró hace unos meses- triplicó su coste inicial. Si el puente se adjudicó por 6.361.907 euros, finalmente ha costado, con modificados y obras añadidas, expropiaciones y asistencias técnicas, cerca de 20 millones, lo que ha hipotecado el presupuesto de Carreteras de la Diputación varios años.

El proyecto salió a concurso en por 8.964.220 euros y se adjudicó finalmente en marzo de 2006 a la firma Rover Alcisa por 6.361.907 euros, es decir, con una considerable rebaja en su oferta. Semanas después, la Diputación de Valenca topó con el primer escollo: no había consultado con la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) -que tiene la competencia sobre el lecho del río y la servidumbre- y el plan aprobado y adjudicado no cumplía los requisitos ya que podía afectar a la capacidad del cauce. De hecho, la CHJ paralizó la obra y obligó a modificar tanto el sistema de atirantamiento -elementos reseteables y sustituibles- como el tipo de acero utilizado.

La modificación se estimó por los técnicos de la Diputación en 1.791.947 euros -el primer sobrecoste, ya de salida- y el director de Carreteras propuso que se realizara por la misma constructora, aplicando similar rebaja a la del coste inicial, por 1.271.745 euros. Según el acta del pleno de enero de 2007 en el que se aprobó, el contratista dio su conformidad.

No obstante, tres meses después la obra volvió a paralizarse. En esta ocasión era Rover Alcisa quien pedía la rescisión del contrato. La razón que esgrimió la constructora era su "disconformidad" con el proyecto aceptado inicialmente porque no recogía "la realidad constructiva objeto del contrato" ni daba respuesta "a las eventualidades acaecidas en la obra". Técnicamente, la firma se acogió a la posibilidad legal que le daba el hecho de que el sobrecoste afectara a más de 30% del precio inicial y pidió marcharse.

Hasta ese momento, la constructora había emitido certificaciones de obra por valor de 2.227.105 euros. En la rescisión del contrato cobró 4.242.624 en concepto de obra ejecutada y de acopio de materiales realizado. No hubo sanciones.

A pocas semanas de las elecciones municipales, la Diputación tuvo que licitar de urgencia el "proyecto de terminación" del puente. Si el proyecto se había adjudicado por 6,36 millones, el modificado por 1,2 millones -es decir, 7,5 millones en total-, y la primera constructora ya había cobrado 6,4 millones, la diferencia era de algo más de un millón de euros. Sin embargo, se licitó la terminación por 5.839.566 euros, es decir, en pocos meses se produjo un sobrecoste de los más elevados del proceso. Se adjudicó a Vías y Construcciones por 5.147.578 euros.

Durante los casi dos años de obra, el precio final se ha ido elevando nuevamente al complementar el proyecto con toda una serie de intervenciones en el entorno que no estaban tampoco incluidas en el inicial aunque algunas consistan en la reposición de elementos dañados. La más destacada es el proyecto complementario -de "Conexiones viarias entre Paterna y Manises en la carretera CV-371", según el pliego de condiciones, y popularmente conocido como el "bulevar"-, que se licitó por 2.982.588 euros.

Otro de los sobrecostes se ha producido por la construcción de una glorieta, que ha ascendido a 1.103.895 euros. Además, la mejora del rasante de la carretera ha costado 231.473 euros y la reposición de una aparcamiento junto a la zona deportiva de Paterna, otros 231.319.

Asimismo, en la liquidación final se incluyen diversas mediciones y trabajos de replanteo por algo más de un millón de euros. Todas estas cantidades suman finalmente 17.264.258 euros a los que se ha de añadir el coste de las expropiaciones y las asistencias técnicas. El puente ha costado cerca de 20 millones de euros.

El diputado de Carreteras es el alcalde de Manises

Además de una de las obras con mayor desfase presupuestario de la Diputación de Valencia, ha sido también una de las que más obstáculos ha tenido en su ejecución con paralizaciones que duraron varios meses. Inicialmente fue el grupo de Esquerra Unida en la corporación provincial el que cargó contra el proyecto, a raíz del primer sobrecoste, ya que su promotor era precisamente el alcalde de Manises, mandatario de uno de los municipios beneficiarios, en su calidad de diputado provincial de Carreteras. Otras de las críticas vinieron de poblaciones que esperaban desde hace una o dos décadas obras de la Diputación en puntos negros de sus carreteras y vieron como el presupuesto se lo llevó Manises. "Esto no se hubiera consentido de no ser Crespo diputado", se ha criticado en diversos foros. El propio PSPV, cuyo ex alcalde de Paterna -el fallecido Francisco Borruey- había sido su otro valedor del proyecto, el sobrecoste final ha levantado críticas. l.sena manises