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La secretaria general provincial del PSPV en Alicante, Ana Barceló, acusó ayer al presidente de la Diputación y Presidente Provincial del PP, José Joaquín Ripoll, de "lavarse las manos" ante la llegada de "la basura de Valencia y Castelló a la provincia de Alicante, cuando él preside gran parte de los consorcios que gestionan las plantas", según indicó la portavoz de la formación política en un comunicado.

Así, los socialistas aseguran que es "un verdadero fraude" para los alicantinos que el presidente de la Diputación "defienda con tanto entusiasmo la entrada masiva de basuras a la provincia y que claudique ante este abuso".

"La irresponsabilidad de Ripoll"

Para Barceló, la posición de Ripoll y del PP alicantino en "apoyo" a la llegada de basura es "un error y una irresponsabilidad de fatales consecuencias para el territorio", que además, en palabras de la secretaria socialista, "avala que nuestra provincia se convierta en el basurero de la Comunitat".En cuanto a las declaraciones del conseller de Industria, Vicente Rambla, que calificaban de "demagogas" las protestas frente a la llegada de basuras, la dirigente socialista planteó "si es demagogia que buena parte de la sociedad alicantina quiera defender su territorio y su medio ambiente, ante la actitud negligente de la Generalitat, que no ha hecho sus deberes en cuanto a la construcción de plantas en Valencia y Castelló". Para Barceló, esto no es demagogia, es "responsabilidad y hartazgo" ante el "menosprecio y escarnio" con el que el gobierno de la Generalitat valenciana trata a la provincia, "y por supuesto los ciudadanos van a tener al lado al partido socialista", añadió la secretaria provincial. "Curiosamente, la provincia que sí ha hecho la faena es a la que se castiga con toneladas de basura, es el mundo al revés", comentó la socialista.

Así, afirmó que con el Gobierno autonómico de Francisco Camps se entrega "la Fórmula 1, los grandes eventos y las grandes obras", a Valencia, y a la provincia de Alicante "la basura, mientras el PP de la provincia se cruza de brazos". Por ello, según la secretaria socialista, es "normal" que los alicantinos "se sientan despreciados por el Consell y, segundo, mal defendidos por el presidente de la Diputación".