Predicar la fe católica en los poblados de la selva de Zimbabue no deber ser fácil. Pese a la incipiente alfabetización de los habitantes en su idioma -la lengua nambya- la pobreza dificulta el acceso a los textos sagrados. Contra esos obstáculos el misionero valenciano, Alexandre Alapont, ha luchado durante los últimos 29 años en los que ha traducido la Biblia a la lengua nambya para ganar adeptos entre los 120.000 habitantes que tiene en su zona de influencia.

Su magno trabajo lingüístico ha chocado con la falta de dinero con el que comprar la Biblia. Por ese motivo se inventó un curioso trueque: una gallina de cada tribu a cambio de una Biblia. "En mi tribu sólo se come una vez al día. No hay dinero para pagar un libro" explicó Alapont para justificar la curiosa iniciativa. Ante la pregunta de las razones de ese intercambio el religioso no dudó en responder que "una Biblia vale más que una gallina" y recordó que es habitual que "en los poblados de la selva tengan las aves sueltas".

Para generar recursos con las gallinas que supuestamente conseguirá, Alapont lo tiene todo pensado. "Tengo un amigo que trabaja en el ferrocarril de Zimbabue. El plan consiste en que mataré las gallinas que me den a cambio de biblias. Las congelaremos para que viajen en la línea ferroviaria entre Hwange y Bulawayo. Allí, en la ciudad, se podrán vender".

Su objetivo es distribuir los 5.000 ejemplares durante los próximos veinte años. Alapont piensa que pertenecer a una cultura -la valenciana- con una lengua minorizada, influyó en el reto de traducir la Biblia a un idioma tan difícil. "Mi deseo de vivir en valenciano, el hecho de que mi lengua estuviera perseguida durante el franquismo, creo que sí que han influido a la hora de traducir la Biblia a esta lengua. La idea no estuvo racionalizada, fue un sentimiento innato".

La presentación de la Biblia en nambyo tuvo lugar el pasado miércoles en la Vicaría de la Evangelización de Valencia en un acto que fue presidido por el arzobispo, monseñor Carlos Osoro que, al igual que los demás asistentes, rezó un padrenuestro también en la misma lengua tribal africana, cuyo texto distribuyó el misionero. En la actualidad, se están imprimiendo los primeros cinco mil volúmenes de la Biblia en nambyo. Una edición que ha resultado "muy costosa", según el misionero, aunque "hemos podido afrontar el presupuesto gracias a la ayuda de muchas instituciones y personas", entre ellas las Misioneras Franciscanas de la Divina Maternidad de Zimbabue, la organización internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada o la comunidad religiosa de las Carmelitas Descalzas de la localidad valenciana de Villar del Arzobispo, según destacó Alapont.

Durante la presentación, monseñor Carlos Osoro, agradeció al misionero su esfuerzo y señaló que su persona y labor son "un honor para la diócesis de Valencia". A su vez, el obispo de la diócesis zimbabuesa donde trabaja Alapont, la de Hwange, monseñor José Alberto Serrano, agradeció también el trabajo del misionero, a través de una carta. La lectura fue realizada por el presidente de la comisión diocesana de Misiones, Miguel Palacios.

En el acto participaron, asimismo, el obispo auxiliar de Valencia monseñor Enrique Benavent, así como el vicedecano de la facultad de Teología Sant Vicent Ferrer de Valencia, Juan Miguel Díaz Rodelas, quien subrayó la importancia de la divulgación de la Palabra de Dios en las diferentes lenguas del mundo.